sábado, 26 de marzo de 2011

HERÁCLITO DE ÉFESO

Escuela de Éfeso

Heráclito






El punto de partida de Heráclito es la comprobación del incesante devenir de las cosas: el mundo es un flujo perpetuo: "No es posible bañarse dos veces en el mismo río ni tocar dos veces una sustancia mortal en el mismo estado; a causa de la velocidad del movimiento todo se dispersa y se recompone de nuevo, todo fluye".

Heráclito es un filósofo empirista (empiria, experiencia) que buscaba como todos los primeros filósofos físicos un principio constitutivo de todas las cosas (argé). Observando la naturaleza, percibió que todo estaba en continuo devenir (cambio), pero al mismo tiempo afirmó que este devenir no era azaroso sino que estaba ordenado, regulado por un principio unificador. A éste principio que unifica los opuestos superando la lucha para conformar una unidad lo denominó logos (razón)
Analizando cuál debe ser la naturaleza de la sustancia (argé) que sea principio del mundo (cosmos)  y que explique el incesante devenir (cambio) de éste con su propia extrema mutabilidad, Heráclito la identifica con el fuego . Pero puede decirse que en su doctrina el fuego pierde todo carácter corpóreo o físico, ya que es más bien metafísico porque es un principio activo, inteligente y creador regulado por el logos (razón) que ordena los opuestos

"Este mundo, que es el mismo para todos, no ha sido creado por ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que siempre fue, es y será fuego siempre vivo que se enciende según medida y se apaga según medida".
Heráclito de Éfeso

Vemos en Heráclito el planteo por primera vez del concepto de eternidad y continuando con el pensamiento racional sobre el mundo, iniciado por Tales de Mileto, descarta la posibilidad de que éste haya sido creado por los dioses (pensamiento mítico), sino que le otorga ese principio constitutivo a un elemento natural pero con interpretación metafísica. el fuego


"Aunque esta razón existe siempre, los hombres se tornan incapaces de comprenderla, tanto antes de oírla como una vez que la han oído. En efecto, aun cuando todo sucede según esta razón, parecen inexpertos al experimentar con palabras y acciones tales como las que yo describo, cuando distingo cada una según la naturaleza y muestro cómo es; pero a los demás hombres les pasan inadvertidas cuantas cosas hacen despiertos, del mismo modo que les pasan inadvertidas cuantas hacen mientras duermen."
Heráclito de Éfeso

Pero Heráclito ha determinado también cuál es esa ley cuyo significado debe aclarar y profundizar la investigación.La unidad del principio creador no es una unidad idéntica ni excluye la lucha, la discordia, la oposición. Cuando vemos un fuego, éste es el mismo y único fuego siempre, pero al mismo tiempo está en continuo cambio, y además "se enciende según medida y se apaga según medida"
Para entender la ley suprema del ser, el logos que lo constituye y gobierna, es preciso unir lo armónico y lo disonante, y darse cuenta de que la unidad surge de todos los opuestos: 
"La misma cosa son lo vivo y lo muerto, lo despierto y lo dormido, lo joven y lo viejo: ya que cada uno de estos opuestos, al cambiar, es el otro y, a su vez, este otro es, al cambiar, aquél". 
De la misma manera que en la circunferencia cada punto es a la vez principio y fin, tal y como el mismo camino puede ser recorrido hacia arriba y hacia abajo, así todo contraste supone una unidad que constituye el significado vital y racional del contraste mismo: 
"Lo que es opuesto une y lo que diverge unifica". 
"La guerra es la norma del mundo y la guerra es la común progenitora y señora de todas las cosas". 
"Camino arriba, camino abajo uno y lo mismo"
"El agua de mar es pura para unos e impura para otros"
La unidad propia del mundo es una tensión de este género: no anula, ni concilia, ni supera el contraste, sino que lo hace ser y lo hace entender como contraste.
Justifica la existencia de opuestos mediante el siguiente planteo:
si todo necesita su contrario, y el día es el opuesto de la noche, lo seco de lo húmedo, el frío del calor,  lo opuesto de vivir es morir y lo opuesto de morir es vivir, por lo tanto así como a la vida le sigue la muerte, a la muerte le sigue la vida.