CONCEPTOS
FREUDIANOS
Ansiedad
Una vez, Freud
dijo: “la vida no es fácil”.
El Yo está justo en
el centro de grandes fuerzas; la realidad, la sociedad, está representada por
el Superyo; la biología está representada por el Ello. Cuando estas dos
instancias establecen un conflicto sobre el pobre Yo, es comprensible que uno
se sienta amenazado, abrumado y en una situación que parece que se le va a caer
el cielo encima. Este sentimiento es llamado ansiedad y se considera como una
señal del Yo que traduce sobrevivencia y cuando concierne a todo el cuerpo se
considera como una señal de que el mismo está en peligro.
Freud habló de tres
tipos de ansiedades: la primera es la ansiedad de realidad, la cual puede
llamarse en términos coloquiales como miedo. De hecho, Freud habló
específicamente de la palabra miedo, pero sus traductores consideraron la
palabra como muy mundana. Podríamos entonces decir que si uno está en un pozo
lleno de serpientes venenosas, uno experimentará una ansiedad de realidad.
La segunda es
la ansiedad moral y se refiere a lo que sentimos cuando el peligro no
proviene del mundo externo, sino del mundo social interiorizado del Superyo. Es
otra terminología para hablar de la culpa, vergüenza y el miedo al castigo.
La última es
la ansiedad neurótica. Esta consiste en el miedo a sentirse abrumado por
los impulsos del Ello. Si en alguna ocasión usted ha sentido como si fuésemos a
perder el control, su raciocinio o incluso su mente, está experimentando este
tipo de ansiedad. “Neurótico” es la traducción literal del latín que significa
nervioso, por tanto podríamos llamar a este tipo de ansiedad, ansiedad
nerviosa. Es este el tipo de ansiedad que más interesó a Freud y nosotros le
llamamos simple y llanamente ansiedad.
Los
Mecanismos de Defensa
El Yo lidia con las
exigencias de la realidad, del Ello y del Superyo de la mejor manera que puede.
Pero cuando la ansiedad llega ser abrumadora, el Yo debe defenderse a sí mismo.
Esto lo hace bloqueando inconscientemente los impulsos o distorsionándolos,
logrando que sean más aceptables y menos amenazantes. Estas técnicas se han
llamado mecanismos defensivos yoicos y tanto Freud como su hija Anna, así como
otros seguidores han señalado unos cuantos.
La Negación se refiere al bloqueo de los eventos
externos a la consciencia. Si una situación es demasiado intensa para poder
manejarla, simplemente nos negamos a experimentarla. Como podrían suponer, esta
defensa es primitiva y peligrosa (nadie puede desatender la realidad durante
mucho tiempo). Este mecanismo usualmente opera junto a otras defensas, aunque
puede funcionar en exclusiva.
La Represión, defensa que Anna Freud llamó también “olvido
motivado” es simplemente la imposibilidad de recordar una situación, persona o
evento estresante. Esta defensa también es peligrosa y casi siempre va
acompañada de otras más.
El Desplazamiento es la “redirección” de un impulso hacia
otro blanco que lo sustituya. Si el impulso o el deseo es aceptado por ti, pero
la persona al que va dirigido es amenazante, lo desvías hacia otra persona u
objeto simbólico. Por ejemplo, alguien que odia a su madre puede reprimir ese
odio, pero lo desvía hacia, digamos, las mujeres en general. Alguien que no
haya tenido la oportunidad de amar a un ser humano puede desviar su amor hacia
un gato o un perro. Una persona que se siente incómodo con sus deseos sexuales
hacia alguien, puede derivar este deseo a un fetiche. Un hombre frustrado por
sus superiores puede llegar a casa y empezar a pegar al perro o a sus hijos o
establecer discusiones acaloradas. Agresión contra el propio self Es una
forma muy especial de desplazamiento y se establece cuando la persona se vuelve
su propio blanco sustitutivo. Usualmente se usa cuando nos referimos a la
rabia, irritabilidad y la agresión, más que a impulsos más positivos.
Constituye la explicación freudiana para muchos de nuestros sentimientos de
inferioridad, culpa y depresión. La idea de que la depresión es muchas veces el
producto de la rabia contra un objeto (persona) que no queremos reconocer, es
ampliamente aceptada por freudianos y otros de diversas corrientes.
La Introyección, muchas veces llamada
identificación, comprende la
adquisición o atribución de características de otra persona como si fueran de
uno, puesto que hacerlo, resuelve algunas dificultades emocionales. Por
ejemplo, si se le deja solo a un niño con mucha frecuencia, él intenta
convertirse en “papá” de manera de disminuir sus temores. En ocasiones les
vemos jugando a con sus muñecos diciéndoles que no deben tener miedo. También
podemos observar cómo los chicos mayores y adolescentes adoran a sus ídolos
musicales, pretendiendo ser como ellos para lograr establecer una identidad.Debo
agregar en este momento que en la teoría freudiana, el mecanismo de
identificación es aquel a través del cual desarrollamos nuestro Super-yo. Identificación
con el Agresor es una versión de la introyección que se centra en la
adopción no de rasgos generales o positivos del objeto, sino de negativos. Si
uno está asustado con respecto a alguien, me convierto parcialmente en él para
eliminar el miedo.
Un ejemplo más dramático es aquel llamado Síndrome de Estocolmo. Después de una crisis de rehenes en Estocolmo, los psicólogos se sorprendieron al ver que las rehenes no solo no estaban terriblemente enojadas con sus captores, sino incluso sumamente simpáticas hacia ellos.
Un ejemplo más dramático es aquel llamado Síndrome de Estocolmo. Después de una crisis de rehenes en Estocolmo, los psicólogos se sorprendieron al ver que las rehenes no solo no estaban terriblemente enojadas con sus captores, sino incluso sumamente simpáticas hacia ellos.
El mecanismo
de Racionalización es la
distorsión cognitiva de los “hechos” para hacerlos menos amenazantes.
Utilizamos esta defensa muy frecuentemente cuando de manera consciente
explicamos nuestros actos con demasiadas excusas. Pero, para muchas personas
con un Yo sensible, utilizan tan fácilmente las excusas, que nunca se dan
cuenta de ellas. En otras palabras, muchos de nosotros estamos bastante bien
preparados para creernos nuestras mentiras. Una buena forma de entender las
defensas es verlas como una combinación de negación o represión con varias
clases de racionalizaciones. Todas las defensas son, de hecho, mentiras,
incluso si no somos conscientes de ellas. Es más, si no nos damos cuenta de
ellas, son aún más peligrosas, si cabe. Freud consideró que las defensas eran
necesarias. No podemos esperar que una persona, especialmente un niño, pueda
con todo el dolor y las penas que la vida le depara. Aunque algunos de sus
seguidores sugirieron que todas las defensas podían utilizarse con fines
positivos, Freud dijo que solo había una, la sublimación.
La Sublimación es la transformación
de un impulso inaceptable, ya sea sexo, rabia, miedo o cualquier otro, en una
forma socialmente aceptable, incluso productiva. Por esta razón, alguien con
impulsos hostiles puede desarrollar actividades como cazar, ser carnicero,
jugador de rugby o fútbol o convertirse en mercenario. Una persona que sufre de
gran ansiedad en un mundo confuso puede volverse un organizado, o una persona
de negocios o un científico. Alguien con impulsos sexuales poderosos puede llegar
a ser fotógrafo, artista, un novelista y demás. Para Freud, de hecho, toda
actividad creativa positiva era una sublimación, sobre todo de la pulsión
sexual.
© Derechos de autor, C. George
Boeree, 1998
© Derechos de traducción, Rafael Gautier, 2002
© Derechos de traducción, Rafael Gautier, 2002
“Welcome to my homepage! My name is George Boeree (pronounced
boo-RAY). I am a retired
professor, previously in thePsychology Department at Shippensburg University , where I
taught personality theories and the history of psychology (among other things). I am also guilty of inventing Lingua Franca Nova .
I was born in 1952 in a small town called Badhoevedorp , near
Amsterdam in the Netherlands. I
came to the US in 1956 with my parents and brother, and grew up mostly on Long
Island. I got my BA from Penn
State, and my MS and PhD from Oklahoma State, all in Psychology.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario