viernes, 25 de septiembre de 2020
domingo, 9 de agosto de 2020
miércoles, 15 de julio de 2020
lunes, 11 de mayo de 2020
EL CUERPO EN LA POSMODERNIDAD
EL CUERPO EN LA
POSMODERNIDAD
Soengas, Stella Elvira; Zamorano, Silvia
Facultad de Psicología, Universidad Nacional de La Plata.
Argentina
RESUMEN
Sabemos que la subjetividad está determinada por el Otro cultural, es decir que cada época engendra una modalidad subjetiva particular. El cambio en la subjetividad trae aparejado un necesario cambio en el modo en que se presenta el malestar, por lo cual existe un malestar correspondiente al discurso imperante. En este sentido el estatuto del cuerpo ha variado en el curso de la historia y con ello las modalidades en que el malestar se manifiesta. Nuestro interés será hacer un breve pasaje por las concepciones del cuerpo en distintos períodos de la historia para abocarnos al valor y tratamiento que cobra en la actualidad y preguntarnos acerca de sus consecuencias subjetivas manifestadas principalmente en los llamados “nuevos síntomas”.
Palabras clave Posmodernidad Otro Cuerpo Goce
INTRODUCCIÓN
Sabemos que la subjetividad está determinada por el Otro cultural, es decir que cada época engendra una modalidad subjetiva particular. El cambio en la subjetividad trae aparejado un necesario cambio en el modo en que se presenta el malestar, por lo cual existe un malestar correspondiente al discurso imperante. En este sentido el estatuto del cuerpo ha variado en el curso de la historia y con ello las modalidades en que el malestar se manifiesta. Nuestro interés será hacer un breve pasaje por las concepciones del cuerpo en distintos períodos de la historia para abocarnos al valor y tratamiento que cobra en la actualidad y preguntarnos acerca de sus consecuencias subjetivas manifestadas principalmente en los llamados “nuevos síntomas”.
RECORRIDO HISTÓRICO
Con el transcurrir de los siglos, las representaciones simbólicas que el hombre se hace de sí mismo, de los demás y del universo que lo rodea, han ido cambiando con el acontecer de diversos sucesos sociales, económicos y políticos. Es por esto que para aprehender el momento presente debemos necesariamente remontarnos al pasado. Y será el arte, en este caso, quien vendrá en nuestra ayuda. En la Antigüedad, las imágenes del cuerpo humano que los griegos nos han dejando en sus esculturas, son una referencia inevitable. Representaciones de un cuerpo humano idealizado, en las que el mismo Hegel ha visto la expresión del espíritu mismo, en tanto que ellas reprimen totalmente el elemento físico, siendo la expresión del espíritu mismo. Estas esculturas ofrecen a la visión una imagen divina, autosuficiente, en la calma de la felicidad. Nosotros podemos decir que la fascinación, el encantamiento de la representación idealizada del cuerpo en las esculturas griegas, nos ofrece una imagen de homeostasis perfecta, podríamos decir, de un cuerpo sin goce y sin castración. El goce, nos dice Miller, no se lee en esos rostros tranquilos, ya que este debería ser representado por un gesto, por una mueca. Se opondrá a estos cuerpos el Cristianismo, donde surgirá el cuerpo de Cristo como glorificado, primero como niño, en esa imagen de felicidad en brazos de su madre, es el Dios con su madre, si bien no al estilo de los griegos, ya que esta imagen de felicidad encubre por debajo la castración femenina. Luego será la imagen de Cristo en la cruz, imagen de un cuerpo totalmente torturado y que nosotros hemos recibido para que lo adoremos. Una representación del cuerpo mutilada. Allí entonces, donde los Griegos nos ofrecen la representación de un cuerpo perfecto y sereno, sin castración, el cristianismo nos muestra la crudeza de la castración para que la adoremos. La sociedad Medieval (siglo V-XV), con el cristianismo como su gran operador ideológico, nos presenta un cuerpo crispado y a la vez glorificado. La idea no fue desarrollar la belleza del cuerpo humano, más bien acentuar el peligro que el mismo podría suponer para el alma. La Edad Media es la época de la gran renuncia del cuerpo: desaparecen estadio, termas, teatros y circos, los que estaban asociados al culto, a la gimnasia y el deporte típicos de la Antigüedad grecorromana, típicos del culto del cuerpo. El Renacimiento significó un movimiento cultural de los siglos XV al XVII, iniciado en Italia y propagado por Europa, que terminó dando nombre a un período de la civilización occidental caracterizado por la vuelta a la antigüedad clásica como reacción contra la mentalidad teológica medieval, desvinculando el arte del monopolio cultural de la iglesia. El canon de belleza se ajusta ahora a la belleza humana. La pintura se vuelve un cuadro en sí mismo, soporte de una memoria, de una celebración personal sin ninguna otra justificación. La incisión de un utensilio en el cuerpo humano en la Edad Media se consideraba una violación al ser humano El cuerpo era tratado con respeto, con precaución en esta época. Incluso, si repasamos los estudios que se hacían, todos ellos estaban supeditados a la Teología, el Derecho o la Filosofía, careciendo de interés los estudios anatómicos, a no ser para explica algo relacionado con la salud -. En el primer Renacimiento esto va a cambiar. El artista será el primero en desnudar al hombre y mirarlo con ojos estéticos. Surge interés por el cuerpo humano como tal, como así también los estudios anatómicos con fines científicos, que colocaran al cuerpo en otro estatuto, mas allá del la belleza. Es en este momento cuando dos concepciones estéticas van a aparecer. Alberti, teórico de la estética Renacentista, advertía que entre los miembros del cuerpo debía buscarse esa proporción que lo hiciese bello. Es decir, vamos a encontrar el principio de lo que será la representación ideal del cuerpo humano. En el siglo .XV, con Leonardo da Vinci, esta idea variará. Sus dibujos sobre el cuerpo humano tienen un interés estético clarísimo: el de descubrir la estructura sobre la que se basa el orden corporal. Con este enfoque, Leonardo llega a conclusiones totalmente distintas a las de Alberti. Para Leonardo, existen diversos sistemas de proporciones corporales hermosos, sin que se pueda señalar uno superior a otro: “un hombre puede estar bien proporcionado y ser gordo y bajo, o alto y delgado o corriente”. Vemos nacer las dos concepciones que básicamente se van a tener sobre el cuerpo humano en la Estética. La ideal, basada en la perfección irreal; y la que surge de la realidad, basada en el estudio realista del cuerpo humano.
LA ÉPOCA POSMODERNA
Algunos autores como Guy Trobas se refieren al “ocaso del Edipo” para caracterizar la época actual en tanto se presenta el fenómeno de la decadencia de la función paterna, más precisamente del papel que cumple la autoridad en dicha función. Freud en “El malestar en la cultura” anticipaba que esta degradación progresiva de la autoridad paterna que observaba en nuestras sociedades, conllevaría un crecimiento del papel imperativo del superyo. En el mismo sentido, Lacan diagnostica esta decadencia de la función del padre y sus consecuencias subjetivas en varias ocasiones a lo largo de su enseñanza. A la altura del seminario 19 Lacan menciona al discurso del capitalismo como una torsión del discurso del amo. Establece que en la actualidad asistimos a una modificación en el tratamiento del goce que desemboca en la sustitución de la falta de goce inherente a la estructura, por el plus de gozar. En el discurso del amo existe una la disyunción, señalada por la doble barra entre $ y el a, entendida como la separación entre el sujeto y el goce, es decir que para el ser hablante, el goce se halla interdicto, el objeto, perdido, ello implica un límite que en el lazo al Otro resulta pacificante para el sujeto. Por el contrario, en el discurso del capitalismo, el goce se reintegra a través de los objetos de consumo, ofertados por el mercado, con los cuales se tapona la división del sujeto. De esta manera, lo que caracteriza a la actualidad es el rechazo sistemático de la castración, el mercado genera una homogeneidad de goce que borra las diferencias, pero paradójicamente genera cada vez mayores procesos de segregación. El imperativo superyoico retorna a través del mandato capitalista ¡Consume!. La cultura actual pone a disposición del sujeto múltiples objetos que prometen suprimir el malestar a todo nivel (productos tecnológicos, de belleza, farmacológicos, entre otros) con lo cual, resulta que el objeto es quien procura satisfacción en forma inmediata en detrimento de la elaboración de saber. El sujeto posmoderno no quiere saber nada de la falta y encuentra la respuesta a su falta en ser en los objetos de consumo. Zygmund Bauman, quien acuñara el término de “modernidad líquida” para referirse a la época actual, afirma que en la sociedad de consumidores nadie puede convertirse en sujeto sin antes convertirse en producto. Dice: ”la característica más prominente de la sociedad de consumidores es su capacidad de transformar a los consumidores en productos consumibles”. Es decir que el sujeto consumidor se define primeramente por ser un objeto vendible, que se entrama en las redes del mercado. La subjetividad posmoderna sugiere la puesta en marcha de la apetencia, la búsqueda inmediata de satisfacción, produciendo un efecto de aplastamiento sobre el deseo.
EL CUERPO POSMODERNO
La posmodernidad no tiene banderas. Podemos en todo caso decir que lo que presenta es un ataque desde todos los ángulos al sistema establecido, sin que este ataque represente una corriente ideológica determinada ni un discurso. Cincunegui y Chebar (1996) consideran que: “El sujeto actual, producto de la crisis de la modernidad, se halla descreído, sin ideales totalizantes, fragmentado, y su noción temporal varió en el sentido de privilegiar lo inmediato por sobre el proyecto a largo plazo, con la consiguiente pérdida de la capacidad de espera y del valor de la palabra, desplazado por la imagen”. Estamos entonces, inmersos en lo que podemos llamar una cultura de la imagen donde la apariencia es fundamental, somos sólo cuerpo y éste debe ser atractivo. En este terreno de las apariencias, de los semblantes, el sujeto queda forcluído y la imagen se confunde con el sujeto. Encierro en un mundo imaginario, alienados a la imagen que pasa a ser la protagonista de nuestra época. El concepto posmoderno de belleza corporal se separa radicalmente de los que observábamos en otras épocas, y así la obesidad, característica admirada en las sociedades subalimentadas y en la Edad Media comienza a ser considerada como un enemigo, un estigma que obsesiona a mujeres y también a hombres. Para éstos tener barriga deja de ser una marca de respetabilidad para considerarla un signo de dejadez. Los adelantos de la ciencia viene en apoyo a esto, al descubrir que es la grasa la causa de diversos males: arterioesclerosis, presión elevada, diabetes, etc. El cuerpo es un objeto para ser visto, aparece como objeto de la mirada, del goce estético. Una fantasía común en los jóvenes señala Barman, es “ser famoso”, ser exhibido en la portada de miles de revistas y en pantallas, ser visto, mirado, ser tema de conversación, en definitiva ser deseado por muchos. Con lo cual el cuerpo se transforma él mismo en un objeto de consumo. En el contexto de la posmodernidad signada por el discurso capitalista, el objeto cobra una relevancia significativa en tanto objeto 336 de consumo, perentorio, desechable, rápidamente sustituible. En ese sentido el cuerpo pasa a ser también un objeto de consumo entre otros. Tal como afirma Bauman, citando a Anders “hoy en día el cuerpo humano… es algo que “debe ser superado” y dejado atrás. Los cuerpos en crudo y sin adornos, no reformados ni intervenidos, son vergonzantes, ofensivos para la vista (…)”. “El cuerpo desnudo” no refiere en la actualidad al cuerpo sin ropa, sino a aquel que no ha sido trabajado”. El cuerpo como objeto de las miradas necesita un creciente cuidado, ya que es mostrado y se convierte en la carta de presentación. Se hace ostentación de las formas, de la agilidad, del bronceado, de la textura de la piel, de la calidad de los cabellos. Este cuerpo, ahora preparado para ser ofrecido a la vista de los demás, proporciona muchas gratificaciones narcisistas. El cuerpo contemporáneo se presenta como un objeto que se fabrica, ya no es el cuerpo de la “natura bruta”. Es formado, tónico, esculpido. Es fundamentalmente objeto de mirada, objeto de goce estético. El ideal estético de la delgadez, origina la necesidad de una dieta y actividad física apropiada, se generalizan así las actividades que tienen como finalidad el cuerpo, su bienestar, su apariencia, el objetivo narcisista de sentirse a gusto con el propio cuerpo. Y así, aquello que no se puede lograr con gimnasia o aparatos, se trata de alcanzar con cirugía estética, práctica que también ha sido alcanzada por la posmodernidad, dejando de ser ya sólo reparadora para responder al actual requerimiento del estiramiento facial, arreglo de ojeras, convertir los labios en gruesos y pulposos, agregar volumen a los pechos, aspirar grasas, etc., etc., etc. El ideal del cuerpo triunfa producto de dietas, gimnasia y cirugías.
EL LUGAR DEL GOCE
Tiempo atrás, Colette Soler señalaba que frente a la homogeneización del goce, movimiento patente en la globalización de los mercados, se da la tendencia a lo “unisex” esto es al borramiento de las diferencias sexuales, también como modo de rechazo a la castración. En ese sentido, el cuerpo de la mujer, borra sus formas femeninas como consecuencia de las dietas y es vestido con amplias ropas que esconden aún más las diferencias. En otros casos respondiendo a la amplia oferta de los gimnasios musculariza su cuerpo, dándole a éste apariencia masculina. Como contrapartida el cuerpo del hombre se femininiza, no solo por los cabellos largos, aros o collares que luce, sino que también la cosmética viene en su ayuda ofreciendo todo tipo de productos para el mantenimiento de su piel, pelo y manicuría, dando origen a una nueva denominación, la de metro-sexuales. En el marco de este rechazo a la castración, que señalábamos como característico de la posmodernidad, resulta interesante cómo la castración retorna de manera paradójica en el cuerpo, a través de sus marcas. Las intervenciones sobre el cuerpo, en todo orden (cirugías, técnicas, disciplinas) implican la puesta en escena de la castración. El cuerpo contemporáneo pasa a ser un cuerpo “marcado”. Se trata de la inscripción de una amputación sobre el cuerpo, ya sea como implante o como sustracción. En “La ficción contemporánea del cuerpo” Reginald Blanchet , afirma que en la actualidad el goce del cuerpo pasa eminentemente por el goce de la marca, hecho manifestado en el cuerpo esculpido, modelado por la vestimenta. El cuerpo pasa a ser un objeto que se fabrica, siguiendo ideales estéticos de la moda. Resulta interesante pensar el valor que hoy en día tienen también, las marcas indelebles en el cuerpo, por ejemplo los tatuajes, en una sociedad donde todo es pasajero. Práctica esta realizada mayoritariamente por los jóvenes, quienes en muchos casos la identifican con una “nueva forma de arte”, “llevar el arte en la piel”.¿Será esta tal vez, una manera de plasmar la juventud, en esta sociedad posmoderna que rechaza el envejecimiento?
CUERPOS SIN ALMA
El cristianismo rescató la dignidad del cuerpo sin alma y siguió ofrendando al cadáver sus más respetuosos honores y ha sido el que con mayor furor se ha dedicado a depreciar e infravalorar los alcances del cuerpo. Nacida y desarrollada como religión exitosa en el período en el que dominaba la esclavitud, logró desarrollar una multitud de justificaciones de fe para aceptar el sufriente destino del cuerpo esclavizado como formula inevitable y de mero transito terrenal Pero increíblemente el cristianismo, que tanto se ha dedicado a lo largo de su historia a devaluar la originaria plenitud del cuerpo y que tanto esfuerzo prodiga para someterlo, es el que con más fuerza ha consagrado la majestad del cuerpo ya vacío de alma, el que más ha elevado la dignidad del cadáver, ocurriendo que para los restos del cuerpo ha ofrendado el privilegio de la eterna sepultura y la inmunidad divina. Insólita paradoja que incrementa el valor de la muerte. Extraña obsesión esta la del cristianismo; mansedumbre, sacrificios, penurias, castidad y ayunos para el cuerpo con alma; solemnidad, pompa fúnebre, sepultura y eterno respeto para el cuerpo sin alma, para el polvo que todos fueron. En el capitalismo hasta el cuerpo sin alma es convertido en mercancía y se desataría la extendida industria de las casas funerarias con toda la gama de servicios que supone su existencia. La posmodernidad no parece haber cambiado tales afanes lucrativos y el cuerpo occiso sigue siendo objeto de presurosas urgencias económicas, cada vez mas especializadas. La aparición reciente de la técnica de polimerización de los cadáveres (técnica por la cual el tejido humano se conserva permanentemente por medio de caucho de silicona líquida) pareciera abrir a este campo, nuevas y auspiciosas posibilidades de negocios y una muy definitiva solución al problema de la corrupción del cuerpo que a través de la historia tanto embalsamador buscó. Esta ultima técnica, desarrollada principalmente desde China en los últimos años, ha dado pie a un espectáculo que han dado en llamar Bodies y cuyo secreto radica en exponer cuerpos humanos polimerizados de lo que fue un verdadero cadáver. A diferencia de los museos de cera de la modernidad que exponían los cadáveres como representación, el espectáculo de los Bodies calca un verdadero cadáver y lo expone sin intermediación.
CONCLUSIÓN
La posmodernidad, implica un nuevo régimen de goce, donde toma relevancia el objeto, encarnado en el cuerpo y ya no el Otro. El goce contemporáneo se caracteriza por prescindir del Otro. La pulsión ya no va a recorrer ese camino a través del pasaje por el Otro para ir en busca del objeto perdido, sino que recurre directamente a la sustancia. Goce devastador que justifica las manifestaciones actuales del síntoma, tales como la anorexia, bulimia, toxicomanías que muestran a las claras el obstáculo en la transferencia y el privilegio del objeto. Síntomas en los que falta la significación del Otro como mediación entre el sujeto y el objeto del fantasma, que se presentan desprovistos de sentido y en los que la vertiente real aparece al descubierto poniendo en evidencia que el síntoma en su satisfacción, prescinde del Otro. Como decía Lacan: el síntoma se basta a sí mismo. Y esto es así, no por un “defecto” en el proceso de elaboración del síntoma, sino por un “efecto” de discurso. Lacan escribe el discurso capitalista con una pequeña alteración en el orden de las letras del discurso del Amo, poniendo en evidencia que ya no hay un S1 que regule los modos de distribución del goce. Discurso posmoderno que estructura un mercado cuya finalidad es la producción de objetos listos para gozar y para colmar la división subjetiva.-
BIBLIOGRAFÍA
BLANCHET, R.: “La fiction contemporaine du corps” - La Causa Freudiane N• 41- París 1999.- BAUMAN, Z.: “ Vida de consumo “- Fondo de Cultura Económico” 2008.- FREUD, S.: “El malestar en la cultura” Amorrortu Editores - Tomo XXI LACAN, J.: Seminario 17 - “El reverso del Psicoanálisis” Editorial Paidos LACAN, J.: Seminario 19 - “…o peor” - inéditoLE GOFF, J.: “Una historia del cuerpo en la Edad Media” Editorial Paidos. LIPOVETSKY, G.: “La era del vacío: ensayos sobre el Individualismo Contemporáneo” Ed. Anagrama- 2000.- MILLER, J.A.: “L image du corps en psychanalyse”- La Cause Freudienne N• 68- París -2008.-. TROBAS, G.: “Tres respuestas del sujeto ante la angustia: inchibición, pasaje al acto y acting out” - Logos I, Grama Ediciones- 2003.-
Soengas, Stella Elvira; Zamorano, Silvia
Facultad de Psicología, Universidad Nacional de La Plata.
Argentina
RESUMEN
Sabemos que la subjetividad está determinada por el Otro cultural, es decir que cada época engendra una modalidad subjetiva particular. El cambio en la subjetividad trae aparejado un necesario cambio en el modo en que se presenta el malestar, por lo cual existe un malestar correspondiente al discurso imperante. En este sentido el estatuto del cuerpo ha variado en el curso de la historia y con ello las modalidades en que el malestar se manifiesta. Nuestro interés será hacer un breve pasaje por las concepciones del cuerpo en distintos períodos de la historia para abocarnos al valor y tratamiento que cobra en la actualidad y preguntarnos acerca de sus consecuencias subjetivas manifestadas principalmente en los llamados “nuevos síntomas”.
Palabras clave Posmodernidad Otro Cuerpo Goce
INTRODUCCIÓN
Sabemos que la subjetividad está determinada por el Otro cultural, es decir que cada época engendra una modalidad subjetiva particular. El cambio en la subjetividad trae aparejado un necesario cambio en el modo en que se presenta el malestar, por lo cual existe un malestar correspondiente al discurso imperante. En este sentido el estatuto del cuerpo ha variado en el curso de la historia y con ello las modalidades en que el malestar se manifiesta. Nuestro interés será hacer un breve pasaje por las concepciones del cuerpo en distintos períodos de la historia para abocarnos al valor y tratamiento que cobra en la actualidad y preguntarnos acerca de sus consecuencias subjetivas manifestadas principalmente en los llamados “nuevos síntomas”.
RECORRIDO HISTÓRICO
Con el transcurrir de los siglos, las representaciones simbólicas que el hombre se hace de sí mismo, de los demás y del universo que lo rodea, han ido cambiando con el acontecer de diversos sucesos sociales, económicos y políticos. Es por esto que para aprehender el momento presente debemos necesariamente remontarnos al pasado. Y será el arte, en este caso, quien vendrá en nuestra ayuda. En la Antigüedad, las imágenes del cuerpo humano que los griegos nos han dejando en sus esculturas, son una referencia inevitable. Representaciones de un cuerpo humano idealizado, en las que el mismo Hegel ha visto la expresión del espíritu mismo, en tanto que ellas reprimen totalmente el elemento físico, siendo la expresión del espíritu mismo. Estas esculturas ofrecen a la visión una imagen divina, autosuficiente, en la calma de la felicidad. Nosotros podemos decir que la fascinación, el encantamiento de la representación idealizada del cuerpo en las esculturas griegas, nos ofrece una imagen de homeostasis perfecta, podríamos decir, de un cuerpo sin goce y sin castración. El goce, nos dice Miller, no se lee en esos rostros tranquilos, ya que este debería ser representado por un gesto, por una mueca. Se opondrá a estos cuerpos el Cristianismo, donde surgirá el cuerpo de Cristo como glorificado, primero como niño, en esa imagen de felicidad en brazos de su madre, es el Dios con su madre, si bien no al estilo de los griegos, ya que esta imagen de felicidad encubre por debajo la castración femenina. Luego será la imagen de Cristo en la cruz, imagen de un cuerpo totalmente torturado y que nosotros hemos recibido para que lo adoremos. Una representación del cuerpo mutilada. Allí entonces, donde los Griegos nos ofrecen la representación de un cuerpo perfecto y sereno, sin castración, el cristianismo nos muestra la crudeza de la castración para que la adoremos. La sociedad Medieval (siglo V-XV), con el cristianismo como su gran operador ideológico, nos presenta un cuerpo crispado y a la vez glorificado. La idea no fue desarrollar la belleza del cuerpo humano, más bien acentuar el peligro que el mismo podría suponer para el alma. La Edad Media es la época de la gran renuncia del cuerpo: desaparecen estadio, termas, teatros y circos, los que estaban asociados al culto, a la gimnasia y el deporte típicos de la Antigüedad grecorromana, típicos del culto del cuerpo. El Renacimiento significó un movimiento cultural de los siglos XV al XVII, iniciado en Italia y propagado por Europa, que terminó dando nombre a un período de la civilización occidental caracterizado por la vuelta a la antigüedad clásica como reacción contra la mentalidad teológica medieval, desvinculando el arte del monopolio cultural de la iglesia. El canon de belleza se ajusta ahora a la belleza humana. La pintura se vuelve un cuadro en sí mismo, soporte de una memoria, de una celebración personal sin ninguna otra justificación. La incisión de un utensilio en el cuerpo humano en la Edad Media se consideraba una violación al ser humano El cuerpo era tratado con respeto, con precaución en esta época. Incluso, si repasamos los estudios que se hacían, todos ellos estaban supeditados a la Teología, el Derecho o la Filosofía, careciendo de interés los estudios anatómicos, a no ser para explica algo relacionado con la salud -. En el primer Renacimiento esto va a cambiar. El artista será el primero en desnudar al hombre y mirarlo con ojos estéticos. Surge interés por el cuerpo humano como tal, como así también los estudios anatómicos con fines científicos, que colocaran al cuerpo en otro estatuto, mas allá del la belleza. Es en este momento cuando dos concepciones estéticas van a aparecer. Alberti, teórico de la estética Renacentista, advertía que entre los miembros del cuerpo debía buscarse esa proporción que lo hiciese bello. Es decir, vamos a encontrar el principio de lo que será la representación ideal del cuerpo humano. En el siglo .XV, con Leonardo da Vinci, esta idea variará. Sus dibujos sobre el cuerpo humano tienen un interés estético clarísimo: el de descubrir la estructura sobre la que se basa el orden corporal. Con este enfoque, Leonardo llega a conclusiones totalmente distintas a las de Alberti. Para Leonardo, existen diversos sistemas de proporciones corporales hermosos, sin que se pueda señalar uno superior a otro: “un hombre puede estar bien proporcionado y ser gordo y bajo, o alto y delgado o corriente”. Vemos nacer las dos concepciones que básicamente se van a tener sobre el cuerpo humano en la Estética. La ideal, basada en la perfección irreal; y la que surge de la realidad, basada en el estudio realista del cuerpo humano.
LA ÉPOCA POSMODERNA
Algunos autores como Guy Trobas se refieren al “ocaso del Edipo” para caracterizar la época actual en tanto se presenta el fenómeno de la decadencia de la función paterna, más precisamente del papel que cumple la autoridad en dicha función. Freud en “El malestar en la cultura” anticipaba que esta degradación progresiva de la autoridad paterna que observaba en nuestras sociedades, conllevaría un crecimiento del papel imperativo del superyo. En el mismo sentido, Lacan diagnostica esta decadencia de la función del padre y sus consecuencias subjetivas en varias ocasiones a lo largo de su enseñanza. A la altura del seminario 19 Lacan menciona al discurso del capitalismo como una torsión del discurso del amo. Establece que en la actualidad asistimos a una modificación en el tratamiento del goce que desemboca en la sustitución de la falta de goce inherente a la estructura, por el plus de gozar. En el discurso del amo existe una la disyunción, señalada por la doble barra entre $ y el a, entendida como la separación entre el sujeto y el goce, es decir que para el ser hablante, el goce se halla interdicto, el objeto, perdido, ello implica un límite que en el lazo al Otro resulta pacificante para el sujeto. Por el contrario, en el discurso del capitalismo, el goce se reintegra a través de los objetos de consumo, ofertados por el mercado, con los cuales se tapona la división del sujeto. De esta manera, lo que caracteriza a la actualidad es el rechazo sistemático de la castración, el mercado genera una homogeneidad de goce que borra las diferencias, pero paradójicamente genera cada vez mayores procesos de segregación. El imperativo superyoico retorna a través del mandato capitalista ¡Consume!. La cultura actual pone a disposición del sujeto múltiples objetos que prometen suprimir el malestar a todo nivel (productos tecnológicos, de belleza, farmacológicos, entre otros) con lo cual, resulta que el objeto es quien procura satisfacción en forma inmediata en detrimento de la elaboración de saber. El sujeto posmoderno no quiere saber nada de la falta y encuentra la respuesta a su falta en ser en los objetos de consumo. Zygmund Bauman, quien acuñara el término de “modernidad líquida” para referirse a la época actual, afirma que en la sociedad de consumidores nadie puede convertirse en sujeto sin antes convertirse en producto. Dice: ”la característica más prominente de la sociedad de consumidores es su capacidad de transformar a los consumidores en productos consumibles”. Es decir que el sujeto consumidor se define primeramente por ser un objeto vendible, que se entrama en las redes del mercado. La subjetividad posmoderna sugiere la puesta en marcha de la apetencia, la búsqueda inmediata de satisfacción, produciendo un efecto de aplastamiento sobre el deseo.
EL CUERPO POSMODERNO
La posmodernidad no tiene banderas. Podemos en todo caso decir que lo que presenta es un ataque desde todos los ángulos al sistema establecido, sin que este ataque represente una corriente ideológica determinada ni un discurso. Cincunegui y Chebar (1996) consideran que: “El sujeto actual, producto de la crisis de la modernidad, se halla descreído, sin ideales totalizantes, fragmentado, y su noción temporal varió en el sentido de privilegiar lo inmediato por sobre el proyecto a largo plazo, con la consiguiente pérdida de la capacidad de espera y del valor de la palabra, desplazado por la imagen”. Estamos entonces, inmersos en lo que podemos llamar una cultura de la imagen donde la apariencia es fundamental, somos sólo cuerpo y éste debe ser atractivo. En este terreno de las apariencias, de los semblantes, el sujeto queda forcluído y la imagen se confunde con el sujeto. Encierro en un mundo imaginario, alienados a la imagen que pasa a ser la protagonista de nuestra época. El concepto posmoderno de belleza corporal se separa radicalmente de los que observábamos en otras épocas, y así la obesidad, característica admirada en las sociedades subalimentadas y en la Edad Media comienza a ser considerada como un enemigo, un estigma que obsesiona a mujeres y también a hombres. Para éstos tener barriga deja de ser una marca de respetabilidad para considerarla un signo de dejadez. Los adelantos de la ciencia viene en apoyo a esto, al descubrir que es la grasa la causa de diversos males: arterioesclerosis, presión elevada, diabetes, etc. El cuerpo es un objeto para ser visto, aparece como objeto de la mirada, del goce estético. Una fantasía común en los jóvenes señala Barman, es “ser famoso”, ser exhibido en la portada de miles de revistas y en pantallas, ser visto, mirado, ser tema de conversación, en definitiva ser deseado por muchos. Con lo cual el cuerpo se transforma él mismo en un objeto de consumo. En el contexto de la posmodernidad signada por el discurso capitalista, el objeto cobra una relevancia significativa en tanto objeto 336 de consumo, perentorio, desechable, rápidamente sustituible. En ese sentido el cuerpo pasa a ser también un objeto de consumo entre otros. Tal como afirma Bauman, citando a Anders “hoy en día el cuerpo humano… es algo que “debe ser superado” y dejado atrás. Los cuerpos en crudo y sin adornos, no reformados ni intervenidos, son vergonzantes, ofensivos para la vista (…)”. “El cuerpo desnudo” no refiere en la actualidad al cuerpo sin ropa, sino a aquel que no ha sido trabajado”. El cuerpo como objeto de las miradas necesita un creciente cuidado, ya que es mostrado y se convierte en la carta de presentación. Se hace ostentación de las formas, de la agilidad, del bronceado, de la textura de la piel, de la calidad de los cabellos. Este cuerpo, ahora preparado para ser ofrecido a la vista de los demás, proporciona muchas gratificaciones narcisistas. El cuerpo contemporáneo se presenta como un objeto que se fabrica, ya no es el cuerpo de la “natura bruta”. Es formado, tónico, esculpido. Es fundamentalmente objeto de mirada, objeto de goce estético. El ideal estético de la delgadez, origina la necesidad de una dieta y actividad física apropiada, se generalizan así las actividades que tienen como finalidad el cuerpo, su bienestar, su apariencia, el objetivo narcisista de sentirse a gusto con el propio cuerpo. Y así, aquello que no se puede lograr con gimnasia o aparatos, se trata de alcanzar con cirugía estética, práctica que también ha sido alcanzada por la posmodernidad, dejando de ser ya sólo reparadora para responder al actual requerimiento del estiramiento facial, arreglo de ojeras, convertir los labios en gruesos y pulposos, agregar volumen a los pechos, aspirar grasas, etc., etc., etc. El ideal del cuerpo triunfa producto de dietas, gimnasia y cirugías.
EL LUGAR DEL GOCE
Tiempo atrás, Colette Soler señalaba que frente a la homogeneización del goce, movimiento patente en la globalización de los mercados, se da la tendencia a lo “unisex” esto es al borramiento de las diferencias sexuales, también como modo de rechazo a la castración. En ese sentido, el cuerpo de la mujer, borra sus formas femeninas como consecuencia de las dietas y es vestido con amplias ropas que esconden aún más las diferencias. En otros casos respondiendo a la amplia oferta de los gimnasios musculariza su cuerpo, dándole a éste apariencia masculina. Como contrapartida el cuerpo del hombre se femininiza, no solo por los cabellos largos, aros o collares que luce, sino que también la cosmética viene en su ayuda ofreciendo todo tipo de productos para el mantenimiento de su piel, pelo y manicuría, dando origen a una nueva denominación, la de metro-sexuales. En el marco de este rechazo a la castración, que señalábamos como característico de la posmodernidad, resulta interesante cómo la castración retorna de manera paradójica en el cuerpo, a través de sus marcas. Las intervenciones sobre el cuerpo, en todo orden (cirugías, técnicas, disciplinas) implican la puesta en escena de la castración. El cuerpo contemporáneo pasa a ser un cuerpo “marcado”. Se trata de la inscripción de una amputación sobre el cuerpo, ya sea como implante o como sustracción. En “La ficción contemporánea del cuerpo” Reginald Blanchet , afirma que en la actualidad el goce del cuerpo pasa eminentemente por el goce de la marca, hecho manifestado en el cuerpo esculpido, modelado por la vestimenta. El cuerpo pasa a ser un objeto que se fabrica, siguiendo ideales estéticos de la moda. Resulta interesante pensar el valor que hoy en día tienen también, las marcas indelebles en el cuerpo, por ejemplo los tatuajes, en una sociedad donde todo es pasajero. Práctica esta realizada mayoritariamente por los jóvenes, quienes en muchos casos la identifican con una “nueva forma de arte”, “llevar el arte en la piel”.¿Será esta tal vez, una manera de plasmar la juventud, en esta sociedad posmoderna que rechaza el envejecimiento?
CUERPOS SIN ALMA
El cristianismo rescató la dignidad del cuerpo sin alma y siguió ofrendando al cadáver sus más respetuosos honores y ha sido el que con mayor furor se ha dedicado a depreciar e infravalorar los alcances del cuerpo. Nacida y desarrollada como religión exitosa en el período en el que dominaba la esclavitud, logró desarrollar una multitud de justificaciones de fe para aceptar el sufriente destino del cuerpo esclavizado como formula inevitable y de mero transito terrenal Pero increíblemente el cristianismo, que tanto se ha dedicado a lo largo de su historia a devaluar la originaria plenitud del cuerpo y que tanto esfuerzo prodiga para someterlo, es el que con más fuerza ha consagrado la majestad del cuerpo ya vacío de alma, el que más ha elevado la dignidad del cadáver, ocurriendo que para los restos del cuerpo ha ofrendado el privilegio de la eterna sepultura y la inmunidad divina. Insólita paradoja que incrementa el valor de la muerte. Extraña obsesión esta la del cristianismo; mansedumbre, sacrificios, penurias, castidad y ayunos para el cuerpo con alma; solemnidad, pompa fúnebre, sepultura y eterno respeto para el cuerpo sin alma, para el polvo que todos fueron. En el capitalismo hasta el cuerpo sin alma es convertido en mercancía y se desataría la extendida industria de las casas funerarias con toda la gama de servicios que supone su existencia. La posmodernidad no parece haber cambiado tales afanes lucrativos y el cuerpo occiso sigue siendo objeto de presurosas urgencias económicas, cada vez mas especializadas. La aparición reciente de la técnica de polimerización de los cadáveres (técnica por la cual el tejido humano se conserva permanentemente por medio de caucho de silicona líquida) pareciera abrir a este campo, nuevas y auspiciosas posibilidades de negocios y una muy definitiva solución al problema de la corrupción del cuerpo que a través de la historia tanto embalsamador buscó. Esta ultima técnica, desarrollada principalmente desde China en los últimos años, ha dado pie a un espectáculo que han dado en llamar Bodies y cuyo secreto radica en exponer cuerpos humanos polimerizados de lo que fue un verdadero cadáver. A diferencia de los museos de cera de la modernidad que exponían los cadáveres como representación, el espectáculo de los Bodies calca un verdadero cadáver y lo expone sin intermediación.
CONCLUSIÓN
La posmodernidad, implica un nuevo régimen de goce, donde toma relevancia el objeto, encarnado en el cuerpo y ya no el Otro. El goce contemporáneo se caracteriza por prescindir del Otro. La pulsión ya no va a recorrer ese camino a través del pasaje por el Otro para ir en busca del objeto perdido, sino que recurre directamente a la sustancia. Goce devastador que justifica las manifestaciones actuales del síntoma, tales como la anorexia, bulimia, toxicomanías que muestran a las claras el obstáculo en la transferencia y el privilegio del objeto. Síntomas en los que falta la significación del Otro como mediación entre el sujeto y el objeto del fantasma, que se presentan desprovistos de sentido y en los que la vertiente real aparece al descubierto poniendo en evidencia que el síntoma en su satisfacción, prescinde del Otro. Como decía Lacan: el síntoma se basta a sí mismo. Y esto es así, no por un “defecto” en el proceso de elaboración del síntoma, sino por un “efecto” de discurso. Lacan escribe el discurso capitalista con una pequeña alteración en el orden de las letras del discurso del Amo, poniendo en evidencia que ya no hay un S1 que regule los modos de distribución del goce. Discurso posmoderno que estructura un mercado cuya finalidad es la producción de objetos listos para gozar y para colmar la división subjetiva.-
BIBLIOGRAFÍA
BLANCHET, R.: “La fiction contemporaine du corps” - La Causa Freudiane N• 41- París 1999.- BAUMAN, Z.: “ Vida de consumo “- Fondo de Cultura Económico” 2008.- FREUD, S.: “El malestar en la cultura” Amorrortu Editores - Tomo XXI LACAN, J.: Seminario 17 - “El reverso del Psicoanálisis” Editorial Paidos LACAN, J.: Seminario 19 - “…o peor” - inéditoLE GOFF, J.: “Una historia del cuerpo en la Edad Media” Editorial Paidos. LIPOVETSKY, G.: “La era del vacío: ensayos sobre el Individualismo Contemporáneo” Ed. Anagrama- 2000.- MILLER, J.A.: “L image du corps en psychanalyse”- La Cause Freudienne N• 68- París -2008.-. TROBAS, G.: “Tres respuestas del sujeto ante la angustia: inchibición, pasaje al acto y acting out” - Logos I, Grama Ediciones- 2003.-
Descartes: relación cuerpo/alma
Cultura | La relación entre alma y cuerpo según Descartes
Por Javier Merino
Para Descartes, la primera verdad sobre la que ha de construirse el nuevo edificio de la filosofía es la certeza del yo pensante, de la cosa pensante (res cogitans), pues constituye el único punto de partida válido para asegurar que los conocimientos claros y distintos obtenidos por intuición son conocimientos firmes y verdaderos.
Ahora bien, también hay conocimientos –Descartes los llama «ideas adventicias», representaciones cuyo contenido creemos que nos llega desde fuera– que se refieren al mundo externo y corpóreo que no podemos obtener con la misma claridad y distinción que exige la intuición. Los objetos materiales, como opuestos a la sustancia espiritual y pensante que es el yo, son concebidos por Descartes como cosa extensa (res extensa) y su conocimiento tiene lugar a través de los sentidos, los cuales pueden engañarnos.
Sin embargo, esta apertura de las facultades sensibles e imaginativas a un mundo exterior ¿es realmente objetiva? Y en caso afirmativo ¿quién garantiza su objetividad? Para responder a ambas preguntas y garantizar plenamente que la facultad cognoscitiva del hombre no puede ser engañada con respecto a los objetos que componen el mundo externo, Descartes recurrirá a la demostración de la existencia de Dios partiendo no del mundo exterior al hombre, sino a partir del hombre mismo o, mejor dicho, de su conciencia. La importancia de este recurso metódico estriba en el hecho de que la idea de Dios que encuentro en mí, una «idea innata», garantiza en última instancia, por su carácter no derivable y evidente, la correspondencia entre la actividad pensante de la sustancia espiritual y las características y comportamientos de las sustancias extensas pensadas y conocidas por ella. La idea de Dios reafirma así la positividad de la realidad humana así como la capacidad natural para conocer la verdad.
Establecida la importancia de la demostración de la existencia Dios como fundamento último de evidencia y garante de la certeza de los objetos que componen el mundo externo, queda definida a grandes rasgos la concepción dualista cartesiana según la cual el ser humano sería una dualidad compuesta de alma y cuerpo. Se trata de un dualismo antropológico, es decir, una concepción del hombre que lo escinde en dos sustancias realmente distintas que pueden existir separada e independientemente:
– Por un lado, el alma, concebida como sustancia pensante (res cogitans), expresa el atributo del pensamiento y, por tanto, a imagen del Creador, la sustancia espiritual, una, simple, indivisible e infinita dentro de mí.
– Por otro lado, el cuerpo, materia finita en cuanto pura extensión, es espacial y mensurable tanto en sus propociones estáticas como en sus movimientos y actividades. El cuerpo es, de hecho, un autómata dotado de puro movimiento mecánico, de ahí que su comportamiento sea semejante al de las máquinas y esté regido por las leyes de la mecánica.
Es importante notar que es en el cuerpo y no en el alma donde Descartes localiza el principio de vida: luego la vida se reduce al puro movimiento mecánico. O dicho a la inversa: el alma no hay que concebirla en relación con la vida, es pensamiento pero no vida.
La comunicación entre el yo-alma y el cuerpo-máquina en Descartes es bastante problemática. El filósofo francés admite que el papel del alma es activo y fundamentador, pero al localizar su sede principal en el centro del cerebro –concretamente en la llamada «glándula pineal»– se verá obligado a explicar cómo funciona el mecanismo de interacción entre dos sustancias tan heterogéneas, y a explicar en obras posteriores como Las pasiones del alma (1649) una unión de alma y cuerpo más estrecha de la inicialmente planteada.
Prueba de esta comunicación o interacción entre cuerpo y alma es la existencia de las pasiones humanas, para cuya demostración Descartes adopta una explicación indudablemente mecanicista: en un planteamiento original que bebe de las teorías de la circulación de la sangre de Servet y Harvey, Descartes explica cómo los «espíritus animales», producidos en el corazón, circulan rapidísimamente por todo el cuerpo mezclados con la sangre y son bombeados finalmente al cerebro, donde ejercen una presión sobre la glándula pineal, que responde a la sensación en forma de movimiento del cuerpo.
sábado, 28 de marzo de 2020
SLAVOJ ZIZEK, Un claroelemento de histeria racista en el nuevo coronavirus
SLAVOJ ZIZEK : UN CLARO
ELEMENTO DE HISTERIA RACISTA EN EL NUEVO CORONAVIRUS
Artículo del filósofo esloveno, Slavoj Zizek, publicado el pasado 3 de
febrero en Russia Today en su versión en ingles.
A algunos de nosotros,
incluyéndome a mí, nos encantaría estar en secreto en el Wuhan de China en este
momento, experimentando un set de película postapocalíptico de la vida real.
Las calles vacías de la ciudad proporcionan la imagen de un mundo no consumista
a gusto consigo mismo.
El coronavirus está en todas las noticias, y no pretendo ser un médico especialista, pero hay una pregunta que me gustaría plantear: ¿dónde terminan los hechos y dónde comienza la ideología?
El primer enigma obvio: hay epidemias mucho peores, así que ¿por qué hay tanta obsesión con esta cuando miles mueren diariamente por otras enfermedades infecciosas?
Por supuesto, un caso extremo fue la pandemia de gripe de 1918-1920, conocida como gripe española, cuando se estima que el número de muertos fue de al menos 50 millones. Alrededor de este tiempo, la influenza ha infectado a 15 millones de estadounidenses: al menos 140,000 personas han sido hospitalizadas y más de 8,200 personas fueron asesinadas solo esta temporada.
Parece que la paranoia racista está obvia aquí, recuerda todas las fantasías sobre las mujeres chinas en Wuhan desollando serpientes vivas y sorbiendo sopa de murciélago. Mientras que, en realidad, una gran ciudad china es probablemente uno de los lugares más seguros del mundo.
Pero hay una paradoja más profunda en el trabajo: cuanto más conectado esté nuestro mundo, más desastre local puede desencadenar el miedo global y eventualmente una catástrofe.
En la primavera de 2010, una nube de una erupción volcánica menor en Islandia detuvo el tráfico aéreo en la mayor parte de Europa, un recordatorio de cómo, independientemente de su capacidad para transformar la naturaleza, la humanidad sigue siendo solo otra especie viva en el planeta Tierra .
El catastrófico impacto socioeconómico de un evento tan pequeño se debe a nuestro desarrollo tecnológico (viajes aéreos). Hace un siglo, tal erupción habría pasado desapercibida.
El desarrollo tecnológico nos hace más independientes de la naturaleza y, al mismo tiempo, a un nivel diferente, más dependientes de los caprichos de la naturaleza. Y lo mismo ocurre con la propagación del coronavirus: si sucediera antes de las reformas de Deng Xiaoping, probablemente ni siquiera habríamos escuchado al respecto.
Entonces, ¿cómo vamos a combatir el virus cuando simplemente se multiplica como una extraña forma invisible de vida parasitaria y su mecanismo preciso sigue siendo básicamente desconocido? Es esta falta de conocimiento la que causa el pánico. ¿Qué pasa si el virus muta de forma impredecible y desencadena una verdadera catástrofe global?
Esta es mi paranoia privada: ¿es la razón por la cual las autoridades muestran pánico porque saben (o sospechan, al menos) algo sobre posibles mutaciones que no quieren hacer públicas para evitar la confusión y los disturbios públicos? Porque los efectos reales, hasta ahora, han sido relativamente modestos. Una cosa es segura: el aislamiento y otras cuarentenas no harán el trabajo.
Se necesita una solidaridad incondicional total y una respuesta coordinada globalmente, una nueva forma de lo que una vez se llamó comunismo. Si no orientamos nuestros esfuerzos en esta dirección, entonces Wuhan hoy es quizás la imagen de la ciudad de nuestro futuro.
Muchas distopías ya imaginaban un destino similar. Principalmente nos quedamos en casa, trabajamos en nuestras computadoras, nos comunicamos a través de videoconferencias, hacemos ejercicio en una máquina en la esquina de nuestra oficina en casa.
El coronavirus está en todas las noticias, y no pretendo ser un médico especialista, pero hay una pregunta que me gustaría plantear: ¿dónde terminan los hechos y dónde comienza la ideología?
El primer enigma obvio: hay epidemias mucho peores, así que ¿por qué hay tanta obsesión con esta cuando miles mueren diariamente por otras enfermedades infecciosas?
Por supuesto, un caso extremo fue la pandemia de gripe de 1918-1920, conocida como gripe española, cuando se estima que el número de muertos fue de al menos 50 millones. Alrededor de este tiempo, la influenza ha infectado a 15 millones de estadounidenses: al menos 140,000 personas han sido hospitalizadas y más de 8,200 personas fueron asesinadas solo esta temporada.
Parece que la paranoia racista está obvia aquí, recuerda todas las fantasías sobre las mujeres chinas en Wuhan desollando serpientes vivas y sorbiendo sopa de murciélago. Mientras que, en realidad, una gran ciudad china es probablemente uno de los lugares más seguros del mundo.
Pero hay una paradoja más profunda en el trabajo: cuanto más conectado esté nuestro mundo, más desastre local puede desencadenar el miedo global y eventualmente una catástrofe.
En la primavera de 2010, una nube de una erupción volcánica menor en Islandia detuvo el tráfico aéreo en la mayor parte de Europa, un recordatorio de cómo, independientemente de su capacidad para transformar la naturaleza, la humanidad sigue siendo solo otra especie viva en el planeta Tierra .
El catastrófico impacto socioeconómico de un evento tan pequeño se debe a nuestro desarrollo tecnológico (viajes aéreos). Hace un siglo, tal erupción habría pasado desapercibida.
El desarrollo tecnológico nos hace más independientes de la naturaleza y, al mismo tiempo, a un nivel diferente, más dependientes de los caprichos de la naturaleza. Y lo mismo ocurre con la propagación del coronavirus: si sucediera antes de las reformas de Deng Xiaoping, probablemente ni siquiera habríamos escuchado al respecto.
Entonces, ¿cómo vamos a combatir el virus cuando simplemente se multiplica como una extraña forma invisible de vida parasitaria y su mecanismo preciso sigue siendo básicamente desconocido? Es esta falta de conocimiento la que causa el pánico. ¿Qué pasa si el virus muta de forma impredecible y desencadena una verdadera catástrofe global?
Esta es mi paranoia privada: ¿es la razón por la cual las autoridades muestran pánico porque saben (o sospechan, al menos) algo sobre posibles mutaciones que no quieren hacer públicas para evitar la confusión y los disturbios públicos? Porque los efectos reales, hasta ahora, han sido relativamente modestos. Una cosa es segura: el aislamiento y otras cuarentenas no harán el trabajo.
Se necesita una solidaridad incondicional total y una respuesta coordinada globalmente, una nueva forma de lo que una vez se llamó comunismo. Si no orientamos nuestros esfuerzos en esta dirección, entonces Wuhan hoy es quizás la imagen de la ciudad de nuestro futuro.
Muchas distopías ya imaginaban un destino similar. Principalmente nos quedamos en casa, trabajamos en nuestras computadoras, nos comunicamos a través de videoconferencias, hacemos ejercicio en una máquina en la esquina de nuestra oficina en casa.
Vacaciones en Wuhan
Sin embargo, hay una perspectiva emancipadora inesperada oculta en esta visión de pesadilla. Debo admitir que durante los últimos días, me he encontrado soñando con visitar a Wuhan.
Haga calles medio abandonadas en una megalópolis: los centros urbanos generalmente bulliciosos que parecen un pueblo fantasma, tiendas con puertas abiertas y sin clientes, solo un caminante solitario o un automóvil aquí y allá, personas con máscaras blancas, no proporcionan la imagen de un no -consumo del mundo a gusto consigo mismo?
La belleza melancólica de las avenidas vacías de Shanghái o Hong Kong me recuerdan algunas viejas películas postapocalípticas como 'On the Beach', que muestran una ciudad con la mayoría de la población aniquilada, sin una gran destrucción espectacular, solo el mundo allá afuera. Ya no está listo, a la espera de nosotros, mirándonos y por nosotros. Incluso las máscaras blancas que usan las pocas personas que caminan proporcionan un anonimato y una liberación de la presión social para el reconocimiento.
Muchos de nosotros recordamos la famosa conclusión del manifiesto situacionista de los estudiantes de 1966: "Vivre sans temps mort, jouir sans entraves" : vivir sin tiempo muerto, disfrutar sin obstáculos.
Si Freud y Lacan nos enseñaron algo, es que esta fórmula, el caso supremo de una orden judicial de superego, ya que, como Lacan demostró acertadamente, el superyó es, en su forma más básica, una orden positiva positiva para disfrutar, no un acto negativo de prohibir algo, es un receta para el desastre. La necesidad de llenar cada momento del tiempo asignado a nosotros con un compromiso intenso inevitablemente termina en una monotonía sofocante.
El tiempo muerto (momentos de retirada, de lo que los antiguos místicos llamaron Gelassenheit, liberación) son cruciales para la revitalización de nuestra experiencia de vida. Y, tal vez, uno puede esperar que una consecuencia no intencional de las cuarentenas de coronavirus en las ciudades chinas sea que al menos algunas personas usen su tiempo muerto para liberarse de la actividad agitada y piensen en el sentido (no) de su situación. Soy plenamente consciente del peligro que estoy cortejando al hacer públicos estos pensamientos míos: ¿no estoy participando en una nueva versión de atribuir al sufrimiento de las víctimas una visión auténtica más profunda de mi posición externa segura y así legitimar cínicamente su sufrimiento?
Matices racistas
Cuando un ciudadano enmascarado de Wuhan camina en busca de medicamentos o alimentos, definitivamente no hay pensamientos anti-consumistas en su mente, solo pánico, ira y miedo. Mi súplica es solo que incluso los eventos horribles pueden tener consecuencias positivas impredecibles.
Carlo Ginzburg propuso la idea de que estar avergonzado del país de uno, no amarlo, puede ser la verdadera marca de pertenecer a él. Tal vez algunos israelíes reunirán el coraje para sentir vergüenza a propósito de la política de Netanyahu y Trump hecha en su nombre, no, por supuesto, en el sentido de vergüenza de ser judío. Por el contrario, sentir vergüenza por lo que las acciones en Cisjordania le están haciendo al legado más precioso del judaísmo. Quizás algunos británicos también deberían ser lo suficientemente honestos como para sentir vergüenza por el sueño ideológico que les trajo el Brexit. Pero para la gente de Wuhan, no es el momento de sentirse avergonzado y estigmatizado, sino el momento de reunir coraje y persistir pacientemente en su lucha. Si hubo personas en China que intentaron minimizar las epidemias, deberían estar avergonzados al igual que aquellos funcionarios soviéticos alrededor de Chernobyl que afirmaron públicamente que no había peligro al evacuar inmediatamente a sus propias familias. O como deberían hacerlo aquellos altos gerentes que niegan públicamente el calentamiento global pero que ya están comprando casas en Nueva Zelanda o construyendo búnkeres de supervivencia en las Montañas Rocosas.
Tal vez la indignación pública contra este supuesto doble comportamiento (que ya está obligando a las autoridades a prometer transparencia) dará lugar a otro desarrollo político positivo no deseado en China.
Pero aquellos que deberían estar realmente avergonzados, todos nosotros en todo el mundo estamos pensando en cómo poner en cuarentena a los chinos.
Sin embargo, hay una perspectiva emancipadora inesperada oculta en esta visión de pesadilla. Debo admitir que durante los últimos días, me he encontrado soñando con visitar a Wuhan.
Haga calles medio abandonadas en una megalópolis: los centros urbanos generalmente bulliciosos que parecen un pueblo fantasma, tiendas con puertas abiertas y sin clientes, solo un caminante solitario o un automóvil aquí y allá, personas con máscaras blancas, no proporcionan la imagen de un no -consumo del mundo a gusto consigo mismo?
La belleza melancólica de las avenidas vacías de Shanghái o Hong Kong me recuerdan algunas viejas películas postapocalípticas como 'On the Beach', que muestran una ciudad con la mayoría de la población aniquilada, sin una gran destrucción espectacular, solo el mundo allá afuera. Ya no está listo, a la espera de nosotros, mirándonos y por nosotros. Incluso las máscaras blancas que usan las pocas personas que caminan proporcionan un anonimato y una liberación de la presión social para el reconocimiento.
Muchos de nosotros recordamos la famosa conclusión del manifiesto situacionista de los estudiantes de 1966: "Vivre sans temps mort, jouir sans entraves" : vivir sin tiempo muerto, disfrutar sin obstáculos.
Si Freud y Lacan nos enseñaron algo, es que esta fórmula, el caso supremo de una orden judicial de superego, ya que, como Lacan demostró acertadamente, el superyó es, en su forma más básica, una orden positiva positiva para disfrutar, no un acto negativo de prohibir algo, es un receta para el desastre. La necesidad de llenar cada momento del tiempo asignado a nosotros con un compromiso intenso inevitablemente termina en una monotonía sofocante.
El tiempo muerto (momentos de retirada, de lo que los antiguos místicos llamaron Gelassenheit, liberación) son cruciales para la revitalización de nuestra experiencia de vida. Y, tal vez, uno puede esperar que una consecuencia no intencional de las cuarentenas de coronavirus en las ciudades chinas sea que al menos algunas personas usen su tiempo muerto para liberarse de la actividad agitada y piensen en el sentido (no) de su situación. Soy plenamente consciente del peligro que estoy cortejando al hacer públicos estos pensamientos míos: ¿no estoy participando en una nueva versión de atribuir al sufrimiento de las víctimas una visión auténtica más profunda de mi posición externa segura y así legitimar cínicamente su sufrimiento?
Matices racistas
Cuando un ciudadano enmascarado de Wuhan camina en busca de medicamentos o alimentos, definitivamente no hay pensamientos anti-consumistas en su mente, solo pánico, ira y miedo. Mi súplica es solo que incluso los eventos horribles pueden tener consecuencias positivas impredecibles.
Carlo Ginzburg propuso la idea de que estar avergonzado del país de uno, no amarlo, puede ser la verdadera marca de pertenecer a él. Tal vez algunos israelíes reunirán el coraje para sentir vergüenza a propósito de la política de Netanyahu y Trump hecha en su nombre, no, por supuesto, en el sentido de vergüenza de ser judío. Por el contrario, sentir vergüenza por lo que las acciones en Cisjordania le están haciendo al legado más precioso del judaísmo. Quizás algunos británicos también deberían ser lo suficientemente honestos como para sentir vergüenza por el sueño ideológico que les trajo el Brexit. Pero para la gente de Wuhan, no es el momento de sentirse avergonzado y estigmatizado, sino el momento de reunir coraje y persistir pacientemente en su lucha. Si hubo personas en China que intentaron minimizar las epidemias, deberían estar avergonzados al igual que aquellos funcionarios soviéticos alrededor de Chernobyl que afirmaron públicamente que no había peligro al evacuar inmediatamente a sus propias familias. O como deberían hacerlo aquellos altos gerentes que niegan públicamente el calentamiento global pero que ya están comprando casas en Nueva Zelanda o construyendo búnkeres de supervivencia en las Montañas Rocosas.
Tal vez la indignación pública contra este supuesto doble comportamiento (que ya está obligando a las autoridades a prometer transparencia) dará lugar a otro desarrollo político positivo no deseado en China.
Pero aquellos que deberían estar realmente avergonzados, todos nosotros en todo el mundo estamos pensando en cómo poner en cuarentena a los chinos.
BYUNG CHUL HAN, El hipercapitalismo de la transparencia
EL HIPERCAPITALISMO DE LA TRANSPARENCIA POR BYUNG-CHUL
HAN
Texto del filosofo Byung-Chul Han,
publicado en la revista francesa, Multitudes en Abril del
2018.
Customer-Lifetime-Value", este es el término que designa el valor que un individuo representa a
lo largo de su vida como consumidor para una empresa. La intención de este
concepto es transformar completamente a la persona humana, toda su vida, en
valores comerciales. El hipercapitalismo contemporáneo disuelve la existencia
humana en una red de relaciones de mercado. Ya no hay ninguna área de nuestras
vidas que esté libre de estas lógicas de desarrollo comercial.
La creciente digitalización de la sociedad facilita, amplía y acelera considerablemente la explotación comercial de la vida humana. Sujeta aspectos de la vida que hasta ahora eran inaccesibles a la racionalidad lucrativa a la explotación económica. Más que nunca, es urgente establecer nuevas áreas de vida, incluso desarrollar nuevas formas de vida, que puedan resistir la explotación total de la vida humana.
En Nueva York, la Apple Flagship Store representa, en todos los aspectos, el verdadero templo de este hipercapitalismo. Está hecho de nada más que un cubo de vidrio. En el interior, el cubo está vacío y no exhibe nada más que su propia translucidez. La tienda en sí está en el sótano. La transparencia se ha materializado
El letrero transparente de Apple en la Quinta Avenida representa la contraparte arquitectónica de la Kaaba en La Meca, con su abrigo negro. Literalmente, kaaba significa cubo. Este edificio negro carece por completo de transparencia. A su vez, este cubo está vacío y encarna un orden teológico opuesto al orden hipercapitalista.
Comunicación, marketing y consumo.
La creciente digitalización de la sociedad facilita, amplía y acelera considerablemente la explotación comercial de la vida humana. Sujeta aspectos de la vida que hasta ahora eran inaccesibles a la racionalidad lucrativa a la explotación económica. Más que nunca, es urgente establecer nuevas áreas de vida, incluso desarrollar nuevas formas de vida, que puedan resistir la explotación total de la vida humana.
En Nueva York, la Apple Flagship Store representa, en todos los aspectos, el verdadero templo de este hipercapitalismo. Está hecho de nada más que un cubo de vidrio. En el interior, el cubo está vacío y no exhibe nada más que su propia translucidez. La tienda en sí está en el sótano. La transparencia se ha materializado
El letrero transparente de Apple en la Quinta Avenida representa la contraparte arquitectónica de la Kaaba en La Meca, con su abrigo negro. Literalmente, kaaba significa cubo. Este edificio negro carece por completo de transparencia. A su vez, este cubo está vacío y encarna un orden teológico opuesto al orden hipercapitalista.
Comunicación, marketing y consumo.
Apple Shop y Kaaba
representan dos formas de poder. El cubo transparente se presenta como una
figuración de la libertad y simboliza la comunicación sin límites. Pero esta
transparencia es en sí misma una forma de poder que hoy toma la forma de
totalitarismo digital. Este último es el precursor de una nueva forma de
dominación: la dominación del hipercapitalismo. El hipercapitalismo es
equivalente a la comunicación total de los tiempos actuales, que coincide un
poco más cada día con la vigilancia total y la explotación total.
La Kaaba está cerrada, solo los clérigos tienen acceso al interior del edificio. El cubo transparente está abierto las 24 horas. Como consumidor, todos tienen acceso a él. Estamos tratando con dos concepciones diametralmente opuestas del poder: un régimen de cierre y un régimen de apertura. Este es más efectivo que este, ya que se presenta como una forma de libertad. Con el cubo de vidrio, el hipercapitalismo celebra una hipercomunicación omnipresente que divide todo en un tamiz y lo transforma en dinero en efectivo. La comunicación, el marketing y el consumo, como en el caso de Apple Store en el sótano, ahora son uno.
La compañía estadounidense Acxiom, que recopila datos individuales, tiene el eslogan publicitario: "Ofrecemos una mirada de 360 grados a sus clientes". Lo que recopila la empresa son todos los datos sobre consumo, situación familiar, ocupación, preferencias, pasatiempos, situación de vivienda e ingresos. Los algoritmos de Acxiom no son fundamentalmente diferentes de los de la NSA.
El mundo que se ha convertido en un centro comercial corresponde a un panóptico digital con vigilancia total. Además, la operación total y la vigilancia total son dos caras de la misma moneda. Acxiom clasifica a los individuos en 70 categorías desde un punto de vista puramente económico. El grupo de personas que ofrecen un interés comercial muy limitado se llama desperdicio , en otras palabras, "desperdicio" o "basura".
Los datos de grandes permiten hacer predicciones sobre el comportamiento humano. El futuro se vuelve calculable y manipulable. Los grandes volúmenes de datos resultan ser un medio muy eficaz Psicopolítica de instrumentos, que controla las personas como si fueran marionetas. Los grandes volúmenes de datos generan un conocimiento dominante. Es esto lo que hace posible intervenir en la psique humana e influir en ella, sin que las personas interesadas se den cuenta. La psicopolítica digital devalúa a los individuos al estado de objetos simples cuantificables y manejables. Por lo que los grandes datos de la muerte Knell de la libre voluntad.
Es soberano, dijo el abogado Carl Schmitt, quien decide el estado de emergencia. Unos años más tarde, revisó esta famosa frase: "Después de la Segunda Guerra Mundial, y frente a mi muerte, ahora digo: es soberano quien tiene los rayos del espacio". Al parecer, durante toda su vida, Carl Schmitt tuvo miedo de la radio y la televisión, debido a sus efectos manipuladores. Hoy, en un régimen digital, el principio de soberanía debe revisarse una vez más. Es soberano quien controla los nodos de la red.
Las redes digitales permiten evaluar y sondear a una persona de arriba a abajo. Ante el riesgo ahora representado por la recopilación de datos personalizada, los políticos deben limitar estrictamente estas prácticas. Empresas de puntuación (el "marcador"), como Schufa Holding AG, tienen efectos discriminatorios. Salvar a la gente va en contra de la idea de la dignidad humana. Ninguna persona debe ser degradada al estado de objeto de una evaluación algorítmica.
Que una compañía de calificación de credibilidad como Schufa, cuyos servicios se han convertido hoy en una triste banalidad en Alemania, puede tener la idea de buscar en las redes sociales, encontrar información útil, traicionar verdadera intención de la empresa. El eslogan publicitario de Schufa - "solo somos nosotros los que creamos la confianza" - testifica de puro cinismo.
Nuevos enfoques radicales
La Kaaba está cerrada, solo los clérigos tienen acceso al interior del edificio. El cubo transparente está abierto las 24 horas. Como consumidor, todos tienen acceso a él. Estamos tratando con dos concepciones diametralmente opuestas del poder: un régimen de cierre y un régimen de apertura. Este es más efectivo que este, ya que se presenta como una forma de libertad. Con el cubo de vidrio, el hipercapitalismo celebra una hipercomunicación omnipresente que divide todo en un tamiz y lo transforma en dinero en efectivo. La comunicación, el marketing y el consumo, como en el caso de Apple Store en el sótano, ahora son uno.
La compañía estadounidense Acxiom, que recopila datos individuales, tiene el eslogan publicitario: "Ofrecemos una mirada de 360 grados a sus clientes". Lo que recopila la empresa son todos los datos sobre consumo, situación familiar, ocupación, preferencias, pasatiempos, situación de vivienda e ingresos. Los algoritmos de Acxiom no son fundamentalmente diferentes de los de la NSA.
El mundo que se ha convertido en un centro comercial corresponde a un panóptico digital con vigilancia total. Además, la operación total y la vigilancia total son dos caras de la misma moneda. Acxiom clasifica a los individuos en 70 categorías desde un punto de vista puramente económico. El grupo de personas que ofrecen un interés comercial muy limitado se llama desperdicio , en otras palabras, "desperdicio" o "basura".
Los datos de grandes permiten hacer predicciones sobre el comportamiento humano. El futuro se vuelve calculable y manipulable. Los grandes volúmenes de datos resultan ser un medio muy eficaz Psicopolítica de instrumentos, que controla las personas como si fueran marionetas. Los grandes volúmenes de datos generan un conocimiento dominante. Es esto lo que hace posible intervenir en la psique humana e influir en ella, sin que las personas interesadas se den cuenta. La psicopolítica digital devalúa a los individuos al estado de objetos simples cuantificables y manejables. Por lo que los grandes datos de la muerte Knell de la libre voluntad.
Es soberano, dijo el abogado Carl Schmitt, quien decide el estado de emergencia. Unos años más tarde, revisó esta famosa frase: "Después de la Segunda Guerra Mundial, y frente a mi muerte, ahora digo: es soberano quien tiene los rayos del espacio". Al parecer, durante toda su vida, Carl Schmitt tuvo miedo de la radio y la televisión, debido a sus efectos manipuladores. Hoy, en un régimen digital, el principio de soberanía debe revisarse una vez más. Es soberano quien controla los nodos de la red.
Las redes digitales permiten evaluar y sondear a una persona de arriba a abajo. Ante el riesgo ahora representado por la recopilación de datos personalizada, los políticos deben limitar estrictamente estas prácticas. Empresas de puntuación (el "marcador"), como Schufa Holding AG, tienen efectos discriminatorios. Salvar a la gente va en contra de la idea de la dignidad humana. Ninguna persona debe ser degradada al estado de objeto de una evaluación algorítmica.
Que una compañía de calificación de credibilidad como Schufa, cuyos servicios se han convertido hoy en una triste banalidad en Alemania, puede tener la idea de buscar en las redes sociales, encontrar información útil, traicionar verdadera intención de la empresa. El eslogan publicitario de Schufa - "solo somos nosotros los que creamos la confianza" - testifica de puro cinismo.
Nuevos enfoques radicales
Empresas como Schufa eliminan la confianza y la reemplazan por el control. La confianza se define por el hecho de que uno mantiene, a pesar de la falta de conocimiento, una relación positiva con los demás. En ausencia de conocimiento, sin embargo, permite la acción. Si sé todo sobre el otro, no necesito más confianza. El Schufa, por ejemplo, procesa 200,000 solicitudes diarias, lo cual solo es posible en una compañía de control. Una sociedad confiable confiaría sin tales negocios.
La confianza siempre implica la posibilidad de quedar sin respuesta, incluso de ser traicionado. Pero esta posibilidad de traición constituye toda confianza. Incluso la libertad implica un cierto riesgo. Una sociedad que, en nombre de la libertad, somete todo a control y vigilancia se hundiría en el totalitarismo.
Ante el riesgo de tal totalitarismo digital, el entonces presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, había insistido en la urgencia de elaborar una carta de derechos fundamentales para la era digital. . El ex ministro del Interior alemán, Gerhart Baum, exigió el desarme general de los datos.
Hoy necesitamos nuevos enfoques radicales para desterrar el espectro del totalitarismo de datos. También debemos pensar en la posibilidad técnica de asignar, en cierta medida, fechas de vencimiento a los datos personales, para que desaparezcan después de un cierto tiempo. Tal práctica llevaría al desarme masivo que es necesario hoy, frente a esta locura de datos.
La Carta de los Derechos Digitales Fundamentales por sí sola no impedirá el totalitarismo de datos. También es necesario provocar un cambio en la conciencia y en las mentalidades. Ya no somos meros detenidos o víctimas en un panóptico digital dirigido desde la distancia.
El Panóptico fue originalmente un edificio de la prisión diseñado por Jeremy Bentham. Colocados en una arquitectura concéntrica, los detenidos fueron vigilados por una torre de control central. En panópticos digitales, ya no somos meros prisioneros; Participamos activamente en su conformación. Incluso lo mantenemos, por ejemplo conectando nuestros cuerpos, como millones de seguidores del movimiento de " yo cuantificado " y poniendo nuestros datos vinculados a nuestros cuerpos en línea. La nueva dominación no nos silencia, por el contrario, nos exige comunicarnos constantemente, participar y expresar nuestras opiniones, nuestras necesidades, nuestros deseos y nuestras preferencias, en una palabra, para contar nuestra historia. la vida
En la década de 1980, en Alemania, todos montaron las barricadas contra el censo demográfico. En un municipio, incluso ha habido plastificación. Incluso los escolares terminaron golpeando el pavimento, y asistimos a grandes manifestaciones.
Desde el punto de vista
actual, esta reacción es incomprensible, porque la información recopilada era
inocente, como, por ejemplo, la profesión, las calificaciones educativas, el
estado civil, la distancia del lugar de trabajo. Hoy en día, no tenemos miedo
de revelar datos íntimos, y sin que nadie nos obligue a hacerlo. Incluso
sentimos un impulso incontenible para revelarnos. Ya no nos oponemos cuando se
recopilan, almacenan, transmiten y revenden cientos y miles de datos sobre
nosotros. Nadie entrará en la honda por esto. No tendrán lugar revueltas
masivas contra Google o Facebook.
Una crisis en nuestras libertades.
Una crisis en nuestras libertades.
En el momento del censo,
todavía se pensaba que se enfrentaba a un cuerpo de poder que intentaba
interceptar a sus ciudadanos en contra de su voluntad. Esos días han quedado
atrás. Hoy, nos revelamos voluntariamente sin que exista ninguna restricción,
sin impuestos. Es por nuestra propia voluntad que ponemos todo tipo de datos e
información sobre nosotros en línea, sin saber quién lo sabrá, cuándo o en qué
ocasión.
Esta falta de control representa una grave crisis en nuestras libertades. En vista de los datos que estamos cambiando a voluntad, la idea de protección de datos se vuelve obsoleta. Desde el estado de víctima de vigilancia estatal, hemos pasado al de complaciente y cómplices en el sistema. Es deliberadamente que renunciamos a nuestros espacios de protección y que nos exponemos a redes digitales que nos penetran y nos hacen transparentes.
Como una nueva forma de producción, la comunicación digital elimina sistemáticamente las áreas protegidas y transforma todo en información y datos. Todos los mecanismos de distanciamiento son sacrificados. En la hipercomunicación digital, todo se mezcla con todo, y los límites entre el exterior y el interior se vuelven cada vez más porosos. La persona humana se reduce a una interfaz en un mundo totalmente conectado. Esta vulnerabilidad digital es requerida y explotada por el hipercapitalismo.
Debemos plantearnos seriamente la pregunta de qué tipo de vida queremos vivir. ¿Queremos continuar participando en la vigilancia total y la explotación total de la persona humana, y así perder nuestra libertad, nuestra dignidad? Es hora de organizar nuevamente la resistencia común contra el totalitarismo digital. Las palabras de Georg Büchner no han perdido su relevancia: " Títeres, eso es lo que somos , tirados de hilos en manos de poderes desconocidos, ¡nada por nosotros mismos, nada!"
Esta falta de control representa una grave crisis en nuestras libertades. En vista de los datos que estamos cambiando a voluntad, la idea de protección de datos se vuelve obsoleta. Desde el estado de víctima de vigilancia estatal, hemos pasado al de complaciente y cómplices en el sistema. Es deliberadamente que renunciamos a nuestros espacios de protección y que nos exponemos a redes digitales que nos penetran y nos hacen transparentes.
Como una nueva forma de producción, la comunicación digital elimina sistemáticamente las áreas protegidas y transforma todo en información y datos. Todos los mecanismos de distanciamiento son sacrificados. En la hipercomunicación digital, todo se mezcla con todo, y los límites entre el exterior y el interior se vuelven cada vez más porosos. La persona humana se reduce a una interfaz en un mundo totalmente conectado. Esta vulnerabilidad digital es requerida y explotada por el hipercapitalismo.
Debemos plantearnos seriamente la pregunta de qué tipo de vida queremos vivir. ¿Queremos continuar participando en la vigilancia total y la explotación total de la persona humana, y así perder nuestra libertad, nuestra dignidad? Es hora de organizar nuevamente la resistencia común contra el totalitarismo digital. Las palabras de Georg Büchner no han perdido su relevancia: " Títeres, eso es lo que somos , tirados de hilos en manos de poderes desconocidos, ¡nada por nosotros mismos, nada!"
viernes, 27 de marzo de 2020
CARTA DE GUSTAVO ZERBINO por el Covid 19
CARTA DE GUSTAVO ZERBINO
Gustavo Zerbino, nació en 1953, a los 19 años en
1972 era estudiante de Medicina y jugador del "Old Christians". Actualmente
está casado por segunda vez, tiene seis hijos, es Director de Cibeles S.A y Conferencista.
Es uno de los sobrevivientes de la Tragedia de los Andes
en 1972, y escribió una carta en relación al brote
del nuevo Covid 19 en Uruguay divulgada por
Montevideo Portal ayer lunes.
Queridos Uruguayos:
Hoy el mundo entero está alineado en una guerra global contra el coronavirus. En solo 3 meses y medio desde que China declaró la presencia del virus Covid19, más de 150 países ya se encuentran infectados.
El gran desafío hoy para Uruguay (en este mundo globalizado) es poder controlar y enlentecer el contagio de esta pandemia a la gente que vive en este país.
Es difícil pero posible, si lo enfrentamos todos juntos y unidos, como una política de estado y con apoyo de toda la población del país, para cumplir con lo que nos piden.
Hoy estamos frente a una situación similar a cuando en la cordillera escuchamos por radio, 10 días después de la caída del avión, que se había suspendido la búsqueda, que nos habían abandonado y daban por muertos. Y hoy ,47 años después estoy hablando con ustedes y solo tengo gratitud por todo lo que aprendimos.
En ese momento dejamos de esperar el rescate de afuera (una vacuna) y nos dimos cuenta que sobrevivir y salir adelante dependía solo de nosotros. Nos conectamos entonces con nuestro máximo potencial físico, mental, emocional y espiritual y nos dimos cuenta de que no podíamos gastar nuestra energía hablando de cosas que no podíamos cambiar, que no dependían de nosotros y nos deprimían (como la queja y el miedo, que nos paralizaba y nos consumía toda nuestra energía, que era muy poca y había que usarla muy eficientemente).
Aprendimos que las cosas que ocurren en la vida no son ni buenas ni malas, son solo hechos, y las tenemos que aceptar, no con la mente sino con el corazón aunque duela.
Cuando se acepta la realidad tal cual es, se deja de sufrir y de pelear la mente con la realidad. Se empieza a ser parte de la solución y no del problema. Y ahí aparecen muchas posibilidades. Se aprende que lo importante no es lo que pasa, sino lo que hacemos con lo que nos pasa.
En la cordillera aprendimos muy rápido que teníamos que trabajar en equipo para construir una sociedad solidaria donde los bienes pertenecían a la comunidad; donde las normas aparecían cuando eran necesarias, y la primera fue que estaba prohibido quejarse! El único objetivo era sobrevivir, no yo, todos! Sin excusas.
Nuestra historia, es una historia de uruguayos. No es una tragedia (aunque tiene mucho de tragedia), ni un milagro (aunque tiene muchísimo de milagro).
Es una historia de amor, solidaridad, humildad, amistad y vocación de servicio que aprendimos en este país.
Con humildad aceptamos que solos no podíamos y transformamos el yo en nosotros, demostrando cómo a pesar de la diversidad se podía lograr la unidad detrás de un objetivo común.
Ahora estamos en el momento en que todos los uruguayos tenemos que aceptar el desafío de demostrarnos a nosotros mismos y al mundo por qué este maravilloso país va a salir adelante utilizando la única vacuna que hoy funciona y que puede parar la enfermedad: La vacuna de la obediencia y solidaridad de todos los uruguayos.
La única manera de ganarle al coronavirus y detener su expansión es confiando, trabajando ordenadamente, todos juntos, en equipo. Depende 100% de nosotros y del compromiso para lograrlo, asumiendo cada uno lo que le corresponde.
"Siendo obedientes, haciendo lo que nos piden y quedándonos en casa".
En Uruguay el primer caso se detectó el viernes 13 de marzo (nosotros también nos caímos un viernes 13). Van 10 días y ya vimos lo que está pasando en los países donde apareció antes: China (que dice que ya tiene el virus controlado), Italia y España que demoraron en actuar y sus sistemas de salud colapsaron .
Hoy después de 3 meses ya sabemos cómo actúa el virus, que es lo que hay que hacer y estamos a tiempo de actuar, con confianza y convicción. Hay que tener el valor para atravesar el miedo y el compromiso de hacerlo.
Hoy el mundo entero está alineado en una guerra global contra el coronavirus. En solo 3 meses y medio desde que China declaró la presencia del virus Covid19, más de 150 países ya se encuentran infectados.
El gran desafío hoy para Uruguay (en este mundo globalizado) es poder controlar y enlentecer el contagio de esta pandemia a la gente que vive en este país.
Es difícil pero posible, si lo enfrentamos todos juntos y unidos, como una política de estado y con apoyo de toda la población del país, para cumplir con lo que nos piden.
Hoy estamos frente a una situación similar a cuando en la cordillera escuchamos por radio, 10 días después de la caída del avión, que se había suspendido la búsqueda, que nos habían abandonado y daban por muertos. Y hoy ,47 años después estoy hablando con ustedes y solo tengo gratitud por todo lo que aprendimos.
En ese momento dejamos de esperar el rescate de afuera (una vacuna) y nos dimos cuenta que sobrevivir y salir adelante dependía solo de nosotros. Nos conectamos entonces con nuestro máximo potencial físico, mental, emocional y espiritual y nos dimos cuenta de que no podíamos gastar nuestra energía hablando de cosas que no podíamos cambiar, que no dependían de nosotros y nos deprimían (como la queja y el miedo, que nos paralizaba y nos consumía toda nuestra energía, que era muy poca y había que usarla muy eficientemente).
Aprendimos que las cosas que ocurren en la vida no son ni buenas ni malas, son solo hechos, y las tenemos que aceptar, no con la mente sino con el corazón aunque duela.
Cuando se acepta la realidad tal cual es, se deja de sufrir y de pelear la mente con la realidad. Se empieza a ser parte de la solución y no del problema. Y ahí aparecen muchas posibilidades. Se aprende que lo importante no es lo que pasa, sino lo que hacemos con lo que nos pasa.
En la cordillera aprendimos muy rápido que teníamos que trabajar en equipo para construir una sociedad solidaria donde los bienes pertenecían a la comunidad; donde las normas aparecían cuando eran necesarias, y la primera fue que estaba prohibido quejarse! El único objetivo era sobrevivir, no yo, todos! Sin excusas.
Nuestra historia, es una historia de uruguayos. No es una tragedia (aunque tiene mucho de tragedia), ni un milagro (aunque tiene muchísimo de milagro).
Es una historia de amor, solidaridad, humildad, amistad y vocación de servicio que aprendimos en este país.
Con humildad aceptamos que solos no podíamos y transformamos el yo en nosotros, demostrando cómo a pesar de la diversidad se podía lograr la unidad detrás de un objetivo común.
Ahora estamos en el momento en que todos los uruguayos tenemos que aceptar el desafío de demostrarnos a nosotros mismos y al mundo por qué este maravilloso país va a salir adelante utilizando la única vacuna que hoy funciona y que puede parar la enfermedad: La vacuna de la obediencia y solidaridad de todos los uruguayos.
La única manera de ganarle al coronavirus y detener su expansión es confiando, trabajando ordenadamente, todos juntos, en equipo. Depende 100% de nosotros y del compromiso para lograrlo, asumiendo cada uno lo que le corresponde.
"Siendo obedientes, haciendo lo que nos piden y quedándonos en casa".
En Uruguay el primer caso se detectó el viernes 13 de marzo (nosotros también nos caímos un viernes 13). Van 10 días y ya vimos lo que está pasando en los países donde apareció antes: China (que dice que ya tiene el virus controlado), Italia y España que demoraron en actuar y sus sistemas de salud colapsaron .
Hoy después de 3 meses ya sabemos cómo actúa el virus, que es lo que hay que hacer y estamos a tiempo de actuar, con confianza y convicción. Hay que tener el valor para atravesar el miedo y el compromiso de hacerlo.
Tenemos que quedarnos en casa para aplanar y enlentecer
la curva de contagio. Para que no colapsen los sistemas de Salud porque no hay
CTI ni respiradores ni personal de salud que alcancen para atender a tantos
pacientes al mismo tiempo como está pasando en Italia y España.
Hoy, todos podemos ser un arma peligrosa si salimos a la calle y no nos quedamos en casa. Ya vimos las consecuencias.
Con un agravante; después de 12 días hoy tenemos mucha más información y no queremos ni debemos contagiar a nadie: ni a nuestros abuelos, padres, hijos o amigos.
Podemos hacer cosas distintas si queremos tener resultados distintos.
Hoy sabemos que hay lugares que miden carga viral y anticuerpos en sangre. Se sabe que hasta un 50 % de las personas infectadas pueden no presentar ningún síntoma, como fiebre o tos seca e igualmente pueden tener una carga viral mucho más alta y contagiar igual o más que los que tienen síntomas claros.
Por eso tenemos que ser obedientes: lavarnos las manos constantemente (mejor con jabón), evitar tocarnos la cara, nariz, ojos, boca, y saludar a distancia. Evitar compartir artículos personales (mate, cubiertos platos, vasos), y si salimos, cuando entremos dejar los zapatos afuera y usar otros dentro de casa para no traer los virus desde afuera. Hoy más que nunca tenemos que ser solidarios y no egoístas, quedándonos en casa, saliendo sólo lo mínimo indispensable para abastecernos de comida o medicación, todo esto es muy dinámico por eso tenemos que estar permeables y receptivos para adaptarnos a los cambios.
Es muy importante que los niños se queden en sus casas y no estén en contacto con sus abuelos, para protegerlos, ya que son los más vulnerables. Pueden visitarlos por las redes sin riesgo por un par de meses hasta que todo esto haya pasado.
La cuarentena no son vacaciones. Es una oportunidad para cuidarnos y cuidar a los demás, para concientizarnos y poder vivir distinto estando presentes en casa disfrutando a la familia que nos acompaña o a la familia y amigos que no están presentes, por las redes.
No es tanto lo que nos piden, nosotros tuvimos que estar 73 días en los restos del avión en un espacio de unos 30 metros cuadrados, 29 personas amontonadas unas arriba de la otras. Sin ropa adecuada, sin comida. Abandonados, en el medio de la nada. A unos 4000 metros de altura soportando temperaturas de 30 grados bajo cero. Fue durísimo pero posible.
Hoy hay que mantener la calma, confiar y no ir a los centros de salud desesperados. Hay que llamar por teléfono y decir lo que nos pasa, si son población de riesgo, si tuvimos contacto con algún infectado y tenemos que hacer lo que nos dicen.
También, el Ministerio de Salud Pública, puso a disposición de todos la aplicación "Coronavirus UY", donde podrás informarte y serás guiados por ellos.
Tenemos que cuidar a los héroes de blanco, a los médicos y al personal de salud que exponen su vida por todos nosotros durante las 24 horas del día. Muchas veces sin dormir y exponiéndose constantemente al peligro por nosotros.
Estén tranquilos y no se preocupen, solo ocúpense de hacer lo que nos dicen y todo va a estar bien. En el 80 % de los infectados, la enfermedad remite naturalmente y solo un porcentaje muy chico puede presentar complicaciones que necesiten una internación por una neumonía viral complicada que necesite CTI, especialmente la población de alto riesgo .
El problema más grande es que este virus hasta hoy desconocido se expande a gran velocidad. Si no achatamos la curva y logramos que sea más lento el contagio, colapsara el sistema.
Estoy convencido que dentro de un tiempo corto, todo esto será solo una anécdota más que la recordaremos como la crisis del 2002 en donde salimos todos fortalecidos.
El árbol se reconoce por sus frutos y los Uruguayos hemos sido siempre distintos: ni mejores ni peores. Distintos. Por nuestra idiosincrasia y en los momentos más difíciles hemos demostrado siempre la garra, el espíritu de lucha, la rebeldía, eso que nos diferenció siempre, como en el fútbol, en la Cordillera y tantas cosas más por lo cual somos reconocidos siempre en todo el Mundo. Como la humildad, lealtad y cariño a nuestro país.
El Uruguay también es reconocido como un país demócrata, republicano y respetuoso de las instituciones. Hace apenas 20 días le dimos un ejemplo al mundo de cómo pudimos vivir una transición de Mando aceptando la voluntad del pueblo soberano en paz y de una manera extraordinaria. En donde el presidente saliente caminaba del brazo del presidente entrante para ponerle la banda presidencial frente a todo el pueblo uruguayo y nuestro Prócer José Artigas.
Esta es otras de las cosas que nos hacen distintos en épocas de intolerancia y nos tienen que llenar de orgullo y seguir respetando las Instituciones y la libertad de expresión de las ideas.
Hoy tenemos la oportunidad de elegir que queremos hacer, si queremos ser parte del problema o de la solución . Si queremos seguir siendo parte del problema, sigamos saliendo a la calle y hacer como que no pasa nada, sin importarnos la consecuencia de nuestros actos. Y si queremos ser parte de la solución quedémonos en casa y colaboremos con todo los que nos piden para controlar esta pandemia y que se propague lo menos posible, hasta que aparezca alguna vacuna que nos inmunice a todos.
Colaboremos con el gobierno, los médicos y personal de la salud en lo que nos soliciten. Están haciendo todos un esfuerzo extraordinario para nuestro beneficio y como en todas las historias hay siempre alguien con vocación de servicio que hace la gran diferencia. En nuestra historia fue el arriero Sergio Catalán, una persona humilde que hizo algo extraordinario: cabalgó 120 km para ir avisar que había encontrado 2 sobrevivientes, para que nosotros pudiéramos volver a la vida.
Hoy los seres extraordinarios son los médicos y el personal de salud. Están dando lo mejor de sí para tratar de ayudarnos a salir adelante y que podamos seguir disfrutando la vida.
La OMS define la relación médico paciente como un acto de fe, donde el paciente confía y se entrega a lo que le dice su médico. Hoy tenemos que confiar y obedecer lo que nos dicen para minimizar al máximo todos estos problemas que estamos viviendo.
Se puede, confío y creo plenamente en el Uruguay y en todos los Uruguayos; en su inconsciente colectivo, ese que nos hizo, nos hace y nos hará siempre diferentes y por lo cual seguiremos siendo siempre reconocidos.
Este, es el gran partido que hoy tenemos que jugar, todos juntos con la celeste puesta, desde el lugar que nos corresponda.
En este país siempre dijimos que nadie es más que nadie, y este virus ataca a todos: ricos, pobres, ciudadanos de todas las razas, religiones y partidos políticos. Todos somos iguales y vulnerables ante él.
Había algo más que teníamos que aprender para mirar al que tenemos al lado. Ser más solidarios y aceptar definitivamente que no podemos con todo, que somos vulnerables y que solos no podemos. Hoy vivimos como locos corriendo para todos lados para poder ganar más plata y comprar cosas que nos impone la sociedad de consumo. Hoy estamos solos en casa rodeados de cosas materiales que para comprarlas o pagarlas dejamos de ver a nuestra familia. Entramos en un círculo vicioso sin salida: primero nos venden la necesidad y después el producto que la satisface. A los 5 minutos dejamos de leer el manual que explica todos los atributos de lo que compre y veo que al lado mío hay una persona con uno más lindo, mejor y más barato y pienso "me cagaron".
Lo compramos en cuotas y pasamos años para pagarlos. La insatisfacción y la queja son permanentes. Ayer nos quejábamos de que no teníamos tiempo para nada; y hoy lo que nos sobra es el tiempo y no sabemos qué hacer con el.
La abundancia y la carencia están en la mente. Las cosas que realmente valen, como la familia y los amigos, están en el corazón.
Hoy, todos podemos ser un arma peligrosa si salimos a la calle y no nos quedamos en casa. Ya vimos las consecuencias.
Con un agravante; después de 12 días hoy tenemos mucha más información y no queremos ni debemos contagiar a nadie: ni a nuestros abuelos, padres, hijos o amigos.
Podemos hacer cosas distintas si queremos tener resultados distintos.
Hoy sabemos que hay lugares que miden carga viral y anticuerpos en sangre. Se sabe que hasta un 50 % de las personas infectadas pueden no presentar ningún síntoma, como fiebre o tos seca e igualmente pueden tener una carga viral mucho más alta y contagiar igual o más que los que tienen síntomas claros.
Por eso tenemos que ser obedientes: lavarnos las manos constantemente (mejor con jabón), evitar tocarnos la cara, nariz, ojos, boca, y saludar a distancia. Evitar compartir artículos personales (mate, cubiertos platos, vasos), y si salimos, cuando entremos dejar los zapatos afuera y usar otros dentro de casa para no traer los virus desde afuera. Hoy más que nunca tenemos que ser solidarios y no egoístas, quedándonos en casa, saliendo sólo lo mínimo indispensable para abastecernos de comida o medicación, todo esto es muy dinámico por eso tenemos que estar permeables y receptivos para adaptarnos a los cambios.
Es muy importante que los niños se queden en sus casas y no estén en contacto con sus abuelos, para protegerlos, ya que son los más vulnerables. Pueden visitarlos por las redes sin riesgo por un par de meses hasta que todo esto haya pasado.
La cuarentena no son vacaciones. Es una oportunidad para cuidarnos y cuidar a los demás, para concientizarnos y poder vivir distinto estando presentes en casa disfrutando a la familia que nos acompaña o a la familia y amigos que no están presentes, por las redes.
No es tanto lo que nos piden, nosotros tuvimos que estar 73 días en los restos del avión en un espacio de unos 30 metros cuadrados, 29 personas amontonadas unas arriba de la otras. Sin ropa adecuada, sin comida. Abandonados, en el medio de la nada. A unos 4000 metros de altura soportando temperaturas de 30 grados bajo cero. Fue durísimo pero posible.
Hoy hay que mantener la calma, confiar y no ir a los centros de salud desesperados. Hay que llamar por teléfono y decir lo que nos pasa, si son población de riesgo, si tuvimos contacto con algún infectado y tenemos que hacer lo que nos dicen.
También, el Ministerio de Salud Pública, puso a disposición de todos la aplicación "Coronavirus UY", donde podrás informarte y serás guiados por ellos.
Tenemos que cuidar a los héroes de blanco, a los médicos y al personal de salud que exponen su vida por todos nosotros durante las 24 horas del día. Muchas veces sin dormir y exponiéndose constantemente al peligro por nosotros.
Estén tranquilos y no se preocupen, solo ocúpense de hacer lo que nos dicen y todo va a estar bien. En el 80 % de los infectados, la enfermedad remite naturalmente y solo un porcentaje muy chico puede presentar complicaciones que necesiten una internación por una neumonía viral complicada que necesite CTI, especialmente la población de alto riesgo .
El problema más grande es que este virus hasta hoy desconocido se expande a gran velocidad. Si no achatamos la curva y logramos que sea más lento el contagio, colapsara el sistema.
Estoy convencido que dentro de un tiempo corto, todo esto será solo una anécdota más que la recordaremos como la crisis del 2002 en donde salimos todos fortalecidos.
El árbol se reconoce por sus frutos y los Uruguayos hemos sido siempre distintos: ni mejores ni peores. Distintos. Por nuestra idiosincrasia y en los momentos más difíciles hemos demostrado siempre la garra, el espíritu de lucha, la rebeldía, eso que nos diferenció siempre, como en el fútbol, en la Cordillera y tantas cosas más por lo cual somos reconocidos siempre en todo el Mundo. Como la humildad, lealtad y cariño a nuestro país.
El Uruguay también es reconocido como un país demócrata, republicano y respetuoso de las instituciones. Hace apenas 20 días le dimos un ejemplo al mundo de cómo pudimos vivir una transición de Mando aceptando la voluntad del pueblo soberano en paz y de una manera extraordinaria. En donde el presidente saliente caminaba del brazo del presidente entrante para ponerle la banda presidencial frente a todo el pueblo uruguayo y nuestro Prócer José Artigas.
Esta es otras de las cosas que nos hacen distintos en épocas de intolerancia y nos tienen que llenar de orgullo y seguir respetando las Instituciones y la libertad de expresión de las ideas.
Hoy tenemos la oportunidad de elegir que queremos hacer, si queremos ser parte del problema o de la solución . Si queremos seguir siendo parte del problema, sigamos saliendo a la calle y hacer como que no pasa nada, sin importarnos la consecuencia de nuestros actos. Y si queremos ser parte de la solución quedémonos en casa y colaboremos con todo los que nos piden para controlar esta pandemia y que se propague lo menos posible, hasta que aparezca alguna vacuna que nos inmunice a todos.
Colaboremos con el gobierno, los médicos y personal de la salud en lo que nos soliciten. Están haciendo todos un esfuerzo extraordinario para nuestro beneficio y como en todas las historias hay siempre alguien con vocación de servicio que hace la gran diferencia. En nuestra historia fue el arriero Sergio Catalán, una persona humilde que hizo algo extraordinario: cabalgó 120 km para ir avisar que había encontrado 2 sobrevivientes, para que nosotros pudiéramos volver a la vida.
Hoy los seres extraordinarios son los médicos y el personal de salud. Están dando lo mejor de sí para tratar de ayudarnos a salir adelante y que podamos seguir disfrutando la vida.
La OMS define la relación médico paciente como un acto de fe, donde el paciente confía y se entrega a lo que le dice su médico. Hoy tenemos que confiar y obedecer lo que nos dicen para minimizar al máximo todos estos problemas que estamos viviendo.
Se puede, confío y creo plenamente en el Uruguay y en todos los Uruguayos; en su inconsciente colectivo, ese que nos hizo, nos hace y nos hará siempre diferentes y por lo cual seguiremos siendo siempre reconocidos.
Este, es el gran partido que hoy tenemos que jugar, todos juntos con la celeste puesta, desde el lugar que nos corresponda.
En este país siempre dijimos que nadie es más que nadie, y este virus ataca a todos: ricos, pobres, ciudadanos de todas las razas, religiones y partidos políticos. Todos somos iguales y vulnerables ante él.
Había algo más que teníamos que aprender para mirar al que tenemos al lado. Ser más solidarios y aceptar definitivamente que no podemos con todo, que somos vulnerables y que solos no podemos. Hoy vivimos como locos corriendo para todos lados para poder ganar más plata y comprar cosas que nos impone la sociedad de consumo. Hoy estamos solos en casa rodeados de cosas materiales que para comprarlas o pagarlas dejamos de ver a nuestra familia. Entramos en un círculo vicioso sin salida: primero nos venden la necesidad y después el producto que la satisface. A los 5 minutos dejamos de leer el manual que explica todos los atributos de lo que compre y veo que al lado mío hay una persona con uno más lindo, mejor y más barato y pienso "me cagaron".
Lo compramos en cuotas y pasamos años para pagarlos. La insatisfacción y la queja son permanentes. Ayer nos quejábamos de que no teníamos tiempo para nada; y hoy lo que nos sobra es el tiempo y no sabemos qué hacer con el.
La abundancia y la carencia están en la mente. Las cosas que realmente valen, como la familia y los amigos, están en el corazón.
En Los Andes aprendí que si no soy feliz con lo que tengo
tampoco voy feliz con lo que me falta.
Ojalá todo esto sirva de algo. No hay crecimiento sin dolor, en las crisis individuales o de los países es cuando aflora lo mejor de cada uno.
Estén seguros que saldremos todos juntos adelante como País. Muy fortalecidos y más hermanos que antes.
Gracias a todos por leerme hasta el final. Es una manera más de mostrarles mi gratitud y amor a todos ustedes.
Quiero que sepan que soy parte de este equipo celeste en todas las canchas, en todos los deportes, en todas las áreas y en todos los rincones del País donde somos libres; como también en donde están los privados de la libertad (Comcar, Las Flores, Punta Rieles y en el INISA). Donde hay hombres, jóvenes y niños que merecen otra oportunidad, un poco de amor, contención. Por eso les llevamos el rugby como herramienta de transformación, para internalizar valores que hacen la diferencia.
En este momento estoy en mi casa con mis dos hijas, Luma (21) y Lupe (13), atravesando la misma cuarentena y además el duelo de la reciente pérdida de Maria, su Madre, que nos sigue acompañando y apoyando desde donde está.
A mis otros 4 hijos con sus familias y su madre los tengo bien lejos hasta que termine todo esto y nos juntemos como siempre a comernos un buen asado y disfrutar de estar toda la familia junta, como nos encanta a todos.
Y aprovecho a mandarle un beso bien grande a mi Madre, Susana Stajano, un ser humano maravilloso que hoy disfruta sus 97 años de vida en su casa. La queremos tanto que hace 10 días sus 8 hijos, 33 nietos y 29 bisnietos solo la saludamos por videollamada para cuidarla y seguir disfrutándola lo más posible. Como verán soy congruente con lo que les pido.
Aunque no lo crean lo más difícil, para mí, es escribir todo esto siendo disléxico, pero lo hago con mucha gratitud y alegría.
Abrazo grande para todos.
"La imaginación es la mitad de la enfermedad.
La tranquilidad es la mitad del remedio
Y la tranquilidad es el comienzo de la cura"
Quedémonos en casa, se puede. Vamos por más!!!
URUGUAY NO MA!!!
Qué lindo que es ser Uruguayo.
Gustavo Zerbino
Ojalá todo esto sirva de algo. No hay crecimiento sin dolor, en las crisis individuales o de los países es cuando aflora lo mejor de cada uno.
Estén seguros que saldremos todos juntos adelante como País. Muy fortalecidos y más hermanos que antes.
Gracias a todos por leerme hasta el final. Es una manera más de mostrarles mi gratitud y amor a todos ustedes.
Quiero que sepan que soy parte de este equipo celeste en todas las canchas, en todos los deportes, en todas las áreas y en todos los rincones del País donde somos libres; como también en donde están los privados de la libertad (Comcar, Las Flores, Punta Rieles y en el INISA). Donde hay hombres, jóvenes y niños que merecen otra oportunidad, un poco de amor, contención. Por eso les llevamos el rugby como herramienta de transformación, para internalizar valores que hacen la diferencia.
En este momento estoy en mi casa con mis dos hijas, Luma (21) y Lupe (13), atravesando la misma cuarentena y además el duelo de la reciente pérdida de Maria, su Madre, que nos sigue acompañando y apoyando desde donde está.
A mis otros 4 hijos con sus familias y su madre los tengo bien lejos hasta que termine todo esto y nos juntemos como siempre a comernos un buen asado y disfrutar de estar toda la familia junta, como nos encanta a todos.
Y aprovecho a mandarle un beso bien grande a mi Madre, Susana Stajano, un ser humano maravilloso que hoy disfruta sus 97 años de vida en su casa. La queremos tanto que hace 10 días sus 8 hijos, 33 nietos y 29 bisnietos solo la saludamos por videollamada para cuidarla y seguir disfrutándola lo más posible. Como verán soy congruente con lo que les pido.
Aunque no lo crean lo más difícil, para mí, es escribir todo esto siendo disléxico, pero lo hago con mucha gratitud y alegría.
Abrazo grande para todos.
"La imaginación es la mitad de la enfermedad.
La tranquilidad es la mitad del remedio
Y la tranquilidad es el comienzo de la cura"
Quedémonos en casa, se puede. Vamos por más!!!
URUGUAY NO MA!!!
Qué lindo que es ser Uruguayo.
Gustavo Zerbino
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