LOS CONCEPTOS DE INDIVIDUO, SUJETO Y
PERSONA
Es
imposible suprimir del contexto psicoanalítico la noción de subjetividad, pero
también no es posible dejar de tener en cuenta la transformación que el
pensamiento de Freud realiza a la concepción tradicional de Sujeto. Forma parte
de lo que se ha llamado: "La revolución copernicana de Freud". Esta
se sostiene en dos puntos fundamentales:
1.- la
subordinación de un sujeto a una estructura que lo determina.
2.- un
sujeto escindido.
Este
sujeto es distinto al que surge en el cogito cartesiano.
En los griegos,
el "substrato", es decir el ser de la cosa, lo que se mantiene sin
cambios y se mantiene en los cambios, el soporte, es llamado
"hypokeimenon". Ontológicamente "hypokeimenon es el nombre del
ser de la cosa. Es el primer nombre que recibe la cosa al intentar responder a
la pregunta: ¿qué es el ente?.
Heidegger
encuentra en la idea de hypokeimenon el antecedente de la idea de sujeto en
Descartes. Habría pasado como "subjectum" en la Edad Media y como
sujeto identificado al yo en la Edad Moderna con el pensamiento de Descartes. El
"cogito" es una proposición en la cual aquello sobre lo que ella dice
algo no es tomado de otra parte. Es un saber que se sabe a sí mismo. Es una
proposición donde se pone aquello acerca de lo que ella enuncia: el subjectum.
Lo que ella pone, es en éste caso el yo, es decir el subjectum del principio
primero. Al enunciar el cogito, Descartes dice: "yo pienso", es decir
que coloca a la proposición sobre su fundamento y éste es el yo. El yo se
convierte en la substancia permanentemente presente en que todo lo demás es. Se
convierte en el fundamento de la verdad.
Sujeto del Inconsciente.-
Es el
nombre de una relación abstracta entre el retorno de una representación
reprimida y el conjunto de las representaciones reprimidas. Si bien está
fundada en el pensamiento freudiano, es fundamentalmente una concepción
lacaniana. Se caracteriza por no designar a la persona que habla o que se
equivoca al hablar, ni tampoco a su yo consciente (o inconsciente). En realidad
nombra a una instancia sumamente abstracta y no subjetiva. Es el nombre con el
que se designa la experiencia concreta de una confusión y cuando se piensa
dicha confusión. En la noción de inconsciente freudiano, el sujeto habla sin
saber lo que dice. Dice su verdad siempre a medias, disfrazada en los lapsus,
equívocos, sueños y en la cadena asociativa. Se puede ver como desde ésta
perspectiva los valores de verdad y falsedad tradicional "estallan".
Lacan
apunta a una noción de sujeto distinta a la que surge del "cogito".
Tómese como ejemplo la noción de "sujeto" que se da en la estrategia
de los juegos: las jugadas son posibles en función de ciertas reglas
convencionales. En cada jugada es el "sujeto" el que queda ubicado en
cierta posición en relación a la jugada del otro. La posición relativa del
"sujeto" está mediatizada por un sistema de reglas o convenciones que
funcionan como un orden simbólico que lo determina. Lo mismo sucede en la
condición de hablantes, ya que hablar no es simplemente expresar algo o
comunicar un contenido de información, hablar es colocarse cada uno en
determinada posición en relación al otro, posición que no es independiente de
un orden determinante que es el del lenguaje. Este es una especie de legalidad
que opera como un pacto que posibilita a cada uno ubicarse con respecto al otro
al mismo tiempo que estructura su mensaje. De esto se puede deducir que el
sujeto no es el agente, como es posible ver que ocurre en la posición
cogitativa cartesiana, sino que es determinado por una función simbólica.
Sujeto del inconsciente: una pura
relación formal.-
La noción
de sujeto del inconsciente hace referencia a algo que está después de las
palabras, se reacomoda a éstas y deviene de ellas.
Es por
esta razón que para el Psicoanálisis solo hay sujeto en la medida en que se
habla. El sujeto es lo que se produce porque se habla. Cuando en el hablar
aparece un acto fallido, no es el sujeto el que lo dice, éste es a construir.
Este sujeto no está como dato anterior, no es el que dice la palabra y tampoco
es la palabra misma, es necesario un paso más: la asociación libre. A partir de
que el acto fallido se ponga en contacto con la asociación libre, es que se
podría determinar y obtener el sujeto del inconsciente como dato, como producto;
pero no debe ser confundido con el que habla, con el individuo que
aparentemente soporta su ser.
La idea del individuo y la unidad.-
Suele ser
común el utilizar como sinónimos los conceptos de persona, sujeto e individuo,
pero cada uno de ellos es un operador teórico que debe ser mirado con atención,
ya que presupone una historia distinta y determina una forma de razonar en
concordancia. Hemos visto las raíces del concepto de sujeto, desde la fuente
Griega hasta el pensamiento cartesiano y como se puede diferenciar del
"sujeto del inconsciente" propio del pensamiento psicoanalítico de
raíz freud-lacaniana. El poder discriminarlos, permite evitar los más comunes
obstáculos de pensamiento que confunden y obstaculizan el
teorizar. Es necesario también, precisar que se dice cuando se utiliza el
término "individuo".
Lo que
surge en primera instancia es la pregunta: ¿qué es una unidad?. En principio es
posible contestar que una unidad es algo que no se puede volver a dividir. El
concepto individuo podemos decir que proviene de lo in-diviso, es decir de
aquello que "no se puede dividir" y sería, por lo tanto, lo que
corresponde con la imagen de una unidad; individuo y unidad serían, desde este
punto de vista, lo mismo.
Desde la
perspectiva de lo psíquico, la idea de "unidad-individuo" remite a
algo así como una esfera, que compuesta de un adentro y un afuera, entra en
contacto con otras esferas. Son "cuerpos psíquicos" que sufren
influencias del medio y responden a éstas de manera automática al modo reflejo
(reflexología / conductismo clásico) o procesándolas mediante el refuerzo
(conductismo operante). Asimismo, estos "cuerpos psíquicos" pueden
tener metas, fines, es decir intencionalidad, actuando por lo tanto, de manera
activa sobre el medio (cognitivas). De todos modos, sea una u otra modalidad,
ambas parecen sostenerse en la idea que describimos de la "unidad-individuo"
funcionando al modo de una esfera. Este es el clásico planteo que aparece en la
idea del hombre como "ser aislado", el que debe entrar en relación
con otros, es decir "esferas" relacionándose. La Psicología se
enfrenta a la disyuntiva de suponer, por un lado, al ser humano como un ser
aislado (unidad-individuo) que asimila con esfuerzo y gradualmente el
relacionarse con otros individuos, o por el otro lado, pensarlo como un ser
social que es solo en función de los otros y que lo que justamente debe ser
explicado es como puede diferenciarse psíquicamente, como puede llegar a ser
psíquicamente una singularidad ya que lo que lo caracteriza en el origen es
justamente la más absoluta dependencia. Es posible rastrear en esta cuestión el
clásico problema de "natura" y "nurtura", es decir, lo
innato y lo adquirido.
Es
necesario no perder de vista que para el Psicoanálisis, el concepto de sujeto
aparece indefectiblemente ligado con el universo de la palabra y con la idea de
que existir como hombre (no confundir hombre con sujeto del inconsciente)
significa existir en un mundo donde los objetos no tienen una existencia
"natural", sino que son propuestos en la cultura a través de un
sistema lingüístico. Si bien la idea de "hombre" y la de "sujeto
del inconsciente" aparecen conjuntamente, es necesario aclarar que el
concepto fundamental y pertinente para el Psicoanálisis, es el de "sujeto
del inconsciente". Y ya se vio la relación que éste tiene con la palabra:
es lo que se produce porque se habla. Es decir que el plano que interesa para
el análisis no es el definido por el nivel correspondiente al de
"hombres-individuos-unidades", sino el que aparece porque somos
sexuados y hablantes.
El nivel de la persona.-
Otro
concepto que debe ser examinado es el de "persona", ya que forma
parte de gran cantidad de teorías psicológicas y fundamentalmente es posible
encontrarlo en la idea de personalidad.
En su
texto clásico "La Personalidad", el francés Filloux afirma que la
Psicología tiene un fin esencial: "el conocimiento del individuo". Es
posible ver que la característica que define como "esencial" es el
del hombre como "individualidad". La describe como "el
hecho" de
que es un resultado único en su género y que "separado espacialmente de
todos los hombres, no se parece acabadamente a ninguno y que además, se
comporta de una manera que le es propia". Es posible observar en esta
caracterización como el autor centra su proposición en un enfoque que parte de
una realidad empírica de que todos poseemos un organismo (lo separable
espacialmente) y lo adscribe a otra realidad empírica que es la diferencia en
el comportamiento que muestran los humanos. Es innegable la importancia que
presentan para la Psicología el tema de las diferencias individuales, pero el
enfoque que muestra el autor, está claramente influenciado por la concepción
biológica; ¿qué otra cosa es sino marco biológico, el utilizar conceptos como
comportamiento, organismo, individuo, etc.? Si bien Filloux al hablar de
integración presenta lo orgánico y los roles propios del yo como los dos
extremos de un continuo, no puede explicar, más allá de una mera observación,
como se da ese pasaje, y por lo tanto escamotea todo el problema del dualismo
cuerpo/mente. Es deseable que este problema sea resuelto, pero no lo será con
el recurso del soslayarlo.
El
Psicoanálisis tomará el problema de las diferencias por el lado de la
singularidad, es decir por lo que nos caracteriza como deseantes. La cuestión
es que ésta singularidad no es un dato dado de entrada, como si lo es la idea
de organismo-unidad-individuo, sino que debe ser constituida. Esta se realiza
en lo que se ha denominado una operación de defensa. A riesgo de banalizar los
conceptos, es posible decir que esa operación consiste en el apelar de una cría
humana al padre para ponerle un límite a la demanda materna de ser el objeto de
su deseo. El padre permite que deje de ser un objeto y pueda surgir como
sujeto. Que pueda ocupar un lugar singular en la cadena simbólica generacional,
es decir que pueda filiarse.
En el
planteo de la persona, Filloux dice que el conocimiento psicológico es de una
conducta de un individuo determinado con quién "yo entro en
relación". Es posible ver en esta descripción, que para "entrar en
relación" es necesario que lo hagan dos instancias ya constituidas, es
decir que, como se dijo más arriba, el individuo aparece como dato dado de
entrada y que al modo de esferas de billar, se encuentran y se desencuentran
generando el devenir de "una historia".
Para
describir el devenir de "la persona", utiliza términos como
"conducta", "hábito", "sistemas de acción",
"ajuste al mundo" etc., pertenecientes al ideario conductista; el de
"unidad del yo" al gestáltico y el de "complejos", el
"pasado que vive en el presente", al mundo teórico psicoanalítico. El
riesgo de esta postura es que a fuerza de integrar, construya una amalgama que
pierda especificidad en los niveles de abordaje de lo humano y termine por
hacer inoperante la teoría. Es posible vislumbrar que el intento de integración
parte del nivel básico del organismo, por un lado, para llegar al de persona
por el otro, siendo el concepto de "personalidad" el "factor
integrador". El concepto de integrar, supone la idea de armonía y
equilibrio entre individuo y medio, así como también entre persona y otro.
El Sujeto Epistémico.-
Para el
pensamiento psicoanalítico las polaridades en el conocimiento son el sujeto y
el Otro, relación que se sostiene, como ya se dijo, en la condición de
hablantes.
Autor:
Jaime López, psicólogo
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